Las estadísticas de Claudio Bravo ante Real Madrid y,en particular, frente a Cristiano Ronaldo eran demoledoras. El portero del Barcelona nunca había vencido al Madrid: en diez partidos solo registraba un empate, el resto eran derrotas. Y vaya qué tipo de derrotas. El capitán de la selección chilena había recibido 33 goles con un promedio de 3.3 anotaciones por partido.
Si bien ocho de esas caídas fueron con la camiseta de la Real Sociedad donde era impensable tener un record positivo ante el cuadro merengue, era hora de que un portero de su categoría tuviera una noche feliz. No pudo ser su primer Derbi donde Cristiano Ronaldo acabó su record de imbatibilidad con un penal a los 35 minutos de partido. La esperada consagración llegó al fin en la fecha 28 de la Liga de las Estrellas.
Quizás para sacarse la presión, para espantar los fantasmas de una eventual nueva derrota, Bravo paró con el pecho la primera pelota que tocó. Barcelona jugaba mejor y hallaba en el gol de Mathieu justa recompensa a un mejor inicio. El predominio, sin embargo, duró apenas 20 minutos y coincidió con el despilfarro de Neymar que no supo conectar de zurda a la entrada del área chica el que hubiese sido el 2 a 0. De la mano de Modric lo que vino enseguida fueron notables pasajes de buen fútbol del Madrid y una estupenda actuación de Bravo.
Difícil es escoger la tapada más relevante del capitán de la Roja. En el primer tiempo (43') estuvo enorme para volar y desviar un potente remate desde fuera del área de CR7. Hubiese sido el 1 a 2 cuando el equipo de Ancelotti mostraba su mejor cara con Kross, Benzema y Cristiano en su máxima expresión. Ya en el segundo lapso, su atajada a un tiro a quemarropa de Benzema (49') y la reacción felina a un disparo del propio francés (79') que se desvió en Mascherano y se colaba junto al palo izquierdo dejaron en claro que buena parte de la victoria del equipo de Luis Enrique se debía a las manos del chileno.
El Derbi tuvo de todo. Alternancia en el dominio. Fricciones. Goles de buena factura. Grandes actuaciones por lado y lado. Las luces, como es costumbre, se concentraron en Messi, pero esta vez una porción importante del triunfo tuvo como protagonista al arquero de la selección chilena. Y no es poco porque no se trata de un partido más. Si Barcelona es campeón -y hoy le sacó cuatro puntos de ventaja al archirrival- no hay que olvidar que Bravo fue clave en la victoria. A ver si Luis Enrique hace lo que tiene que hacer y le otorga la titularidad en la Champions. No vaya a ser que en las instancias decisivas a Ter Stegen le pese su inexperiencia.