Lasarte pavimenta el camino

"La U ayuda al norte" rezaba el cartel con el que los azules salieron a la cancha en San Carlos de Apoquindo. ¡Y vaya qué lo hicieron! Porque con el 4-2 sobre la UC del domingo a mediodía dejaron a Cobresal a tres triunfos del título, en cuatro partidos que les resta por disputar, y sin depender de nadie más que de ellos mismos.

Pero el triunfo justo y categórico de la U tiene otras aristas más allá que el aporte a la trama de un cinematográfico final de torneo. Por cierto, la de ganarle al archirrival en su propia casa y poder refregárselo en la cara. Ninguno de los hinchas azules presentes en el estadio olvidará cómo silenciaron durante media hora un San Carlos de Apoquindo lleno. Un bálsamo dentro del semestre desastrozo de los azules, quienes en estos momentos sólo compiten por el honor... En teoría.

Machete, quien se fue desde la precordillera sin títulos y con dos segundos lugares que sabían más a castigo que a premio, supo leer acertadamente un duelo que no era fácil y que tuvo en Gustavo Canales al mismo intérprete genial del que dispuso Jorge Sampaoli en la recordada "final del Cotillón". Apenas la UC igualó 1-1, con el tiro libre de Michael Ríos parecido al de Carlos Rivas que clasificó a Chile a España 82, fue a quemar las naves. Y en la U, donde saben que a Mario Salas le cuesta contener el apetito ofensivo, les supuso un escenario ideal para anotar cuando los cruzados iban a quedarse con la retagardia desprotegida.

Fue allí cuando Canales y Sebastián Ubilla quedaron mano a mano con Erick Pulgar y Cristián Álvarez, debido al desborde de los laterales cruzados. Y sentenciaron la historia.

Más allá del honor y cualquier otra cosa, Lasarte se jugaba una buena cuota de la continuidad en la banca azul. Una actuación contundente en un clásico, después del mal sabor de boca de haber perdido contra Colo Colo en el último minuto, podía ayudar en una tarea donde también los hinchas están involucrados. Pese a la magra campaña de este semestre, no quieren que el entrenador uruguayo se vaya.

Más allá de cualquier cosa, fue un gran triunfo de Machete, quien comienza a pavimentar un camino que por momentos parecía ser de esos de ripio por donde aún no pasaba la aplanadora.