Moby Dick
El sábado 11 de abril del 2015, cuando caía la tarde sobre la pista de San Carlos de Apoquindo, el atleta chileno Álvaro Cortez logró 16,52 metros en salto triple. De esta manera caía el récord nacional más antiguo de la tabla: los 16.37 metros que Francisco Pichott logró en el Estadio Nacional un excesivamente lejano 11 de noviembre de 1982.
Desde entonces la marca de lotino se mantuvo intacta, descansando y acumulando polvo en el archivo de la Federación chilena de atletismo. En 1985, siendo un escolar, fui a la sede de la Fedachi para copiar los topes chilenos. En la entrada de la vieja casa en la calle Santo Toribio, dentro de una vitrina, en un gran tablero negro con letras de plástico (como la que usaban antes en las fotos carnet) se podían leer las maximarcas chilenas de cada una de las pruebas. Ahí estaba Pichott con dos récords: salto largo con 7.57 metros y salto triple con 16.37 metros. La del largo fue batida por Juan Carlos Möeckel en 1992, 7.64 metros, luego por Jorge Naranjo hasta los 7.86 y finalmente Daniel Pineda la dejó allá bien lejos, en los 8.08 metros. Pichott quedó apenas como un número remoto. Pero en el triple no hubo cómo arrimarse al lotino, sólo Felipe Apablaza (quién tiene el récord nacional de alto con 2.22 metros), pudo empinarse en los 16.02, pero le faltaban más de 30 centímetros para cazar a Moby Dick. Un abismo.
El aviso llegó el 2014, durante el campeonato mundial junior en Eugene. El iquiqueño Álvaro Cortez marcaba 15.88 metros y se metía en la final. Parecía que era el indicado. El jueves pasado, en el Gran Premio Ciudad de Santiago, el saltador de 20 años quedaba a las puertas, al lograr 16.20 metros. Finalmente se dio en el Orlando Guaita. El mismo día que Isidora Jiménez se convertía en la primera atleta chilena en bajar los 11.50 en 100 metros planos (11.46), Cortez alcanzaba los 16,52 metros en el foso de arena.
¿Y la marca es buena? En el contexto sudamericano lo hubiera empinado el tercer lugar del ránking del 2014 (bajo los brasileños Silva, Bento y Martins). Es decir, en el Sudamericano de Atletismo que se realizará en Lima, nuestro triplista está para pelear una medalla. Pero más importante que eso, sin dudas, está el haber derribado ese registro de Francisco Pichott que parecía eterno, inalcanzable, casi una leyenda.
Ahora veremos quién podrá batir los 8,28.99 de Emilio Ulloa en los 3.000 metros con obstáculos vigente desde los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984. El cual, ha quedado desde este sábado, como el récord chileno más antiguo en la categoría adultos.