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Hernández

De mal en peor

Colo Colo encajó una segunda goleada en 72 horas. Y lo hizo de la peor manera: desaprovechando la oportunidad de quedar a un punto de Cobresal que el viernes había perdido por 0-2 en su visita a O’Higgins en Rancagua.

“Quizás nos pesó el desgaste”, dijo el capitán albo Gonzalo Fierro al borde del campo apenas terminó al partido. “Felicito a Católica que hizo todo bien”, apuntó enseguida. Lo cierto es que en tres días el Cacique hipotecó su opción en avanzar en la Copa Libertadores y se despidió de la lucha por el título del torneo de Clausura aunque las matemáticas digan que aún es posible dar la vuelta olímpica.

La postal de Estaban Paredes peleando una pelota como lateral izquierdo en los últimos minutos del partido con Santa Fe cuando el equipo perdía tres a cero se repitió este sábado en el minuto 86 junto al banderín del corner derecho. El goleador de Colo Colo corrió con desesperación para quitarle una pelota a Fernando Cordero y arrasó con todo. Un signo de desesperación de Paredes que entró muy poco en juego y no gravitó en ambos partidos. No deja de ser una paradoja porque muchos –y me incluyo– pedíamos que tuviera un lugar en el plantel de la roja en la Copa América. Mantengo esa convicción, pero el fútbol es así. Impredecible.

Es desconcertante cómo Colo Colo pasó de jugar un partido muy inteligente en México y alcanzar el liderato del grupo uno de la Libertadores a perder los siguientes dos encuentros en casa, ser goleado y dejar enormes dudas de su funcionamiento. “Hay que evaluar lo que se hizo bien y mal, pero las lesiones nos complicaron mucho”, analizó Héctor Tapia. Claro, el DT marca un atenuante real, las lesiones, no se pueden sacar del análisis general, pero también hay pecados evidentes. ¿Cuáles? Bajas individuales, medidas técnicas discutibles y la ya consabida estrechez del plantel.

Cuando Colo Colo empezó a ser competitivo en ambos torneos quedó claro que no le sobraba nada y conforme se produjeron las primeras bajas empezaron los problemas. El mejor ejemplo es el cuestionado Humberto Suazo. Chupete estaba con la pólvora mojada, no lo podemos negar, pero en su nueva función de volante ofensivo hacía jugar el equipo. ¿Hubiera sufrido el mismo baile ante Santa Fe con Suazo en la cancha? ¿Se habría visto tan superado por Católica en la zona de los volantes con Chupete de 10? Firmo que hubiese sido distinto. ¿Referencias? El partidazo de Suazo ante Atlético Mineiro y su magnífico primer tiempo frente a la U.

La derrota ante Católica dejó en claro, de manera demoledora, que en el ámbito local la dependencia de Jaime Valdés es total. Si Suazo no está, las cosas se complican aun más y si Veccio está lesionado no hay quien pida la pelota y profundice. ¿Cómo había que manejar estas tres bajas simultáneas? Quizás parando el equipo de otro modo, enganchando a Paredes, jugando de manera más conservadora. El sello de Tapia es pensar más en el arco contrario que en el propio, pero a veces hay que ser pragmático, matizar las ideas y jugar en función de los recursos disponibles. Todavía me da vueltas por qué el técnico de Colo Colo no cambió el dibujo táctico cuando Santa Fe ya estaba en ventaja y manejaba casi unilateralmente la pelota. Entiendo que Tapia esperara el bajón de los colombianos, que su equipo mejorara o los cambios surtieran efecto, pero convengamos que la goleada pudo ser aún mayor.

Volviendo al clásico, vale el reconocimiento a Católica que tenía el poco gratificante registro de ser la tercera defensa más goleada del torneo y este sábado no solo no le marcaron sino que mostró solvencia y una gran capacidad para anular a Colo Colo que fue otra vez un equipo largo, casi interminable y sin manija en el mediocampo. Mérito de Salas que aplicó una receta similar a la de Santa Fe y ahogó la salida de los albos cuya generación de fútbol no estaba encomendada a los especialistas.

El equipo popular está en problemas. Tiene descartados para el partido con Atlético Mineiro a Villar, Suazo, Valdés y Veccio. Y en duda a Cáceres y Delgado. A menos de un triunfo irreal de Atlas por goleada en Bogotá, Colo Colo clasificará a octavos de penal de la Libertadores incluso perdiendo por un gol ante los brasileños. ¿Volverá a la línea de cuatro? ¿Quién tendrá la pelota cuando apriete el Mineiro? Dura tarea tiene Tapia por delante. Los hinchas del Cacique ya están poniéndole pilas a la calculadora.