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Guarello

Sólo quería ser popular

Actualizado a

Alguien me dijo que Aníbal Mosa llegaba a la presidencia de Colo Colo “por la plata”. Para nada. El empresario de Puerto Montt se mete en este berenjenal por el objetivo opuesto: la gloria, el amor de la gente, el sentirse querido. Como Sabina, que canta para “Tocarle el culo a las mujeres”, Mosa es presidente de Colo Colo para que lo admiren, para trascender, para dejar algo en la tierra. Basta con mirar su trayectoria desde que le compró las acciones a Sebastián Piñera (uno que se arrimó a los albos para ser presidente de Chile y le fue bien): siempre llamativo, amigo de la cuña colérica, con buen oído al tambor de la galucha, intentando sentirse un hincha más en el tablón. Esa forma de actuar le generaron la distancia de Arturo Salah, buenas migas con varios jugadores y un relato en las antípodas de Leonidas Vial.

Esto es interesante, tanto Vial como Mosa son empresarios hijos del modelo, con pocos escrúpulos, oportunistas y sin mayor interés en la “cuestión social”. Pero Vial pertenece a la fronda, Colo Colo es apenas un apéndice de sus negocios (él lo llama “la empresa”) y como sabe que no sabe, puso a Salah a manejar las riendas del club. Los sinsabores de Hernán Levy fueron una buena lección. Mosa es, en origen, todo lo contrario, hijo de inmigrantes, provinciano, sospechado por los aristócratas y vinosos, debe rendir examen en cada acción, en cada gesto. Sabe que quienes lo vitorean (entre ellos connotados y frondosos economistas), lo hacen porque tiene plata. Nada más.

Vial en Colo Colo topó techo, además carga con la mancha indisoluble del caso Cascadas. Mosa también tiene sus cadáveres en el closet. Hay una buena lista de negocios polémicos en Puerto Montt que, para su suerte, quedaron muy lejos del escrutinio de la capital. Por el momento, zafa. A Aníbal le beneficia la duda: nadie sabe cómo lo hará como presidente. Sus primeras acciones fueron moderadas, tranquilas y cautelosas. Pisando huevos. Acá es muy fácil tropezar y quedar embarrado hasta el cogote. Y la plata no te salva. Será muy importante el equipo de asesores del nuevo presidente. Hay demasiados intereses creados, empresarios disfrazados de hinchas, oportunistas y vendedores de caballos cojos. Vial sabía que no sabía ¿Mosa sabe que no sabe? ¿Alguien del entorno le avisará al emperador, que, en materia de fútbol está desnudo? Yo sólo tengo dudas…