Varela, un señor del fútbol
Desde esta humilde tribuna quiero saludar un logro gigantesco para nuestro arrinconado balompié: la unción de Cristián Varela como miembro del comité disciplinario de la FIFA. La tarea no es moco de pavo, debe reemplazar en ese sitial a otro prohombre: el paraguayo Juan Ángel Napout, delfín y protegido de Nicolás Leoz, hoy elevado a la vicepresidencia del organismo celestial e injustamente investigado en su país natal por la graciosa desaparición de diez millones de dólares.
Pero no nos distraigamos del homenaje al ya ubicuo Cristián Varela. Un hombre destinado hacia lo grande, desde que llevó la antorcha 72 en la fundacional ceremonia de Chacarillas en 1977, el empresario de las comunicaciones (qué banalidad nombrarlo apenas así), no ha hecho sino proyectarse hacia el infinito. Regio depositario de Chilefilms luego de ser privatizada en los estertores de la dictadura, Varela, ya entonces, demostró que la antorcha daba buenos réditos a corto plazo. En el fútbol ha tenido una trayectoria intachable, primero fue integrante del directorio de Eduardo Menichetti en Colo Colo, y cuando vio que Peter Dragicevic le iba a quitar el poder en las elecciones en 1994, hizo lo que hacen los hombres de bien: cruzó la calle y se sumó a los ganadores.
En la quiebra de los albos se irguió como un cruzado para defender los intereses del club, ayudando al síndico, sirviendo a los nuevos dueños de la Sociedad Anónima y quedándose como presidente de las sobras del Club Social, elegido por nadie, que aseguraba dos cómodos, rentables y seguros asientos en el directorio. Cuando abandonó el club el 2013, se calculaba en más de 70 millones sus ingresos sólo por ser integrante de ese directorio de Blanco y Negro.
Gloriosas páginas se pueden escribir de Varela como presidente del Club Social y Deportivo de Colo Colo. Esas asambleas llamadas en días laborales a las 10 de la mañana para que no fuera nadie, la caída del padrón de socios a menos de 300 activos, las reelecciones con 150 votos. Punto culminante, motivo de orgullo del veterano de Chacarillas, fue la elección de presidente el 2010. Qué hermoso fue cuando Marcelo Barticciotto llegó a inscribir su candidatura al Estadio Monumental siendo acosado, escupido y golpeado por un grupo de garreros pagados ¿Quién les pagó? Varela, como hacen los hombres de bien, no repudió el acto, cerró la boca y se hizo el tonto. Pero su actuación inmaculada no terminó ahí, los socios con derecho a voto fueron objeto de una aguda pesquisa quedando inhabilitados, oh sorpresa, todos los que apoyaban la lista opositora.
El 2011, qué curioso, el primer jefe del plan Estadio Seguro de Sebastián Piñera, Ignacio Eguiguren, le dijo a Cristián Varela: "¡Deje de financiar a la Garra Blanca!". Injusticias de la vida, a los pocos días apareció un piño de garreros en Chile Films insultando a este hombre sin mácula.
Mientras, demostrando su versatilidad, el empresario rentabilizaba su 40% de Chilefims como proveedor del CDF. Un genio, integrante del directorio que sacó a Harold Mayne-Nicholls, se agenció la vicepresidencia de la ANFP a la vez que era proveedor técnico de las transmisiones del fútbol. Es decir se compraba a si mismo. Pero un genio de verdad, porque a los trabajadores les hacía contrato sólo por evento, evitando todas las 'molestias' de los contratos indefinidos, comenzando por los absurdos sindicatos. A los pocos trabajadores sindicalizados de Chilefilms les ofrecieron en la última negociación colectiva el descomunal aumento de 1.700 pesos mensules. Aquí es cuando la antorcha de Chacarillas tiene plena coherencia: Varela es un empresario modélico de la dictadura.
Pero el 'Antorcha 72' no tiene techo. Cuando la presión de los malagradecidos socios de Colo Colo lo sacó por la puerta de atrás del Monumental, fue nombrado presidente del comité organizador del Mundial Sub 17 2015 que se realizará en Chile. Qué elección más atinada, justo la persona que no tiene conflicto de intereses algunos al ser el mayor proveedor de equipos de transmisión de grandes eventos ¿Alguien se atreve a insinuar que Varela se va a contratar a si mismo, como ya lo hizo con el CDF, para hacer la televisación del torneo? Hay que ser muy mal pensado para insinuarlo.
Insisto, un verdadero genio, porque, además, consiguió que el Ministerio del Deporte lo subvencionara con 2,5 millones de dólares en boletos y transporte para que 'mucha gente' vaya a ver los partidos del Mundial Sub 17. Pinochet le regala Chilefims y Bachelet le subvenciona el evento donde él mismo se provee de las transmisiones. Y después critican a Julio Ponce Lerou.
Pero no he terminado. Ya había sido nombrado en las finanzas del paraíso fiscal de la Conmebol en Luque, Paraguay. Mire qué casualidad, justo las finanzas que están siendo investigadas por la fiscalía de los Estados Unidos. Pero Varela llegó hace poco, no me lo toquen por favor, mire que el puede exhibir, como está escrito acá, una hoja de antecedentes blanca como la nieve más pura.
Y ahora la FIFA. En el comité de disciplina. Conociendo a Don Cristián Varela no tengo dudas que es sólo un peldaño más hacia las estrellas. Su sonrisa franca, su alegría permanente, su simpatía desbordante, sus éxitos corporativos le tienen reservado algo grande de verdad: la presidencia de la FIFA, o, en el peor de los casos, la cabeza de la Conmebol.
Esperemos sentados que es cosa de tiempo para todo este llegue. Y si lo analizamos bien, Cristián Varela es un ejemplar puro y perfecto de dirigente de la Conmebol y la FIFA. Contiene todos los atributos, como ha quedado plasmado en este texto, que se valoran en Luque y se retribuyen en Zurich. 'Antorcha 72' cae parado donde sea ¡Salud¡