Ya no hay diferencias

Han pasado ya varios partidos de esta edición de la Copa América Chile 2015 y para muchos es una sorpresa que los grupos estén tan parejos. Y que los resultados sean un tanto exiguos entre equipos que, se suponía, tenían un lugar asegurado entre los cuatro primeros.

Años atrás se iba jugar a Venezuela y era un fracaso ganar sólo por uno o dos goles de diferencia. Poca gente sabía que se jugaba fútbol en Jamaica y así se podría seguir enumerando las diferencias que sacaban los grandes del Atlántico con el resto de los países del continente, incluido, lamentablemente, Chile.

Hoy vemos que en esta Copa América esas diferencias ya no son tales, que los equipos se paran de igual a igual frente a los poderosos en tono desafiante. Siempre dije que al rival no hay que mirarlo ni para arriba ni para abajo. Hay que respetarlo y mirarlo de frente. Es la única forma de lograr un buen rendimiento. Sin achicarse, pero tampoco darle una mínima chance al relajo y a la confianza extrema.

A tal es el punto de esta nivelación que hoy ocurre en el fútbol actual, que hay chances de que Venezuela elimine a Brasil, algo impensado hace algunos años. La culpable de esto es la globalización y la inserción del fútbol en todos los rincones del planeta, quizás uno de los méritos de la tan cuestionada (con justa razón) dirigencia de la FIFA.

En nuestras canchas está hoy lo mejor que puede ofrecer el planeta fútbol, como dicen en Europa. Este es el Mundial sin Cristiano Ronaldo. Obvio que hay que agregar muchos jugadores más, pero lo cierto es que quizás el único que realmente se extraña es el uruguayo Luis Suárez.

En otro tema, no podía dejar de referirme a la noticia de la semana. Lamentablemente Arturo Vidal se vio envuelto en un accidente de tránsito provocado por la ingesta de alcohol luego de una tarde libre de la concentración. Sin lugar a dudas fue una irresponsabilidad y Arturo tendrá que responder por sus actos, pero espero y confío en que de esto sacará una lección importante que le servirá para la vida. Sé que Arturo es una buena persona, constantemente ha colaborado con mi fundación Gol Iluminado y en otras iniciativas solidarias. Espero que esto sólo quede como una mancha en su camino y que desde ahora se enfoque en su carrera y en ser un buen ejemplo para todos los niños que los siguen como un ídolo.