El jugador del pueblo
Una amiga que es fanática del fútbol quedó encantada con que en una crónica describieran a Gary Medel como "el jugador del pueblo". Le pareció genial y, como admiradora acérrima que es del Pitbull, estaba feliz.
El concepto no es novedoso. Antes de mencionarlo ya existía la categórica voz del pueblo, ligada íntimamente al gobierno del pueblo. Maradona inventó al goleador del pueblo e, incluso, en ADN Deportes trabaja el tenor del pueblo, que es un capo. Pero, aunque no exista una alta dosis de originalidad, al todocampista del Inter de Milán le calza perfecto eso de que lo llamen el jugador del pueblo.
Cuando promediaba el segundo tiempo del brillante partido contra Bolivia, el público comenzó a corear espontáneamente el nombre de Gary Medel. No había hecho nada espectacular más allá de su regularidad habitual, que normalmente está por sobre el promedio del equipo.
El Gary, inspirado por el canto de su gente, agarró las banderas y se fue al área rival. Fue su única incursión relevante en el campo adversario y terminó con un golazo, seguramente el mejor de la Copa América hasta el momento.
¿Por qué es el jugador del pueblo? Cito a Cristian Arcos, quien en la presentación de su libro "Simplemente Gary" dijo que el seleccionado nacional "representa lo mejor y lo peor de nosotros. Por eso lo queramos tanto".
La primera vez que el Estadio Nacional coreó su nombre fue el 15 de octubre de 2008, en el triunfo 1-0 de Chile sobre Argentina camino al Mundial de Sudáfrica. No hizo un gol, pero guapeó y, que no fue poca cosa, le dio el pase a Fabián Orellana para que se transformara en el "Histórico".
Aquella fue la primera vez. La de el viernes por la noche, una de tantas. Y no tengo dudas de que serán muchísimas más. El romance de la gente con Gary, parafraseando a Buzz Lightyear, llega al infinito y más allá.