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CHILE CAMPEÓN

El lado B de una Copa América inolvidable para La Roja

El camino estuvo lleno de dificultades, indisciplinas y complicaciones. También de anécdotas, cábalas y tradiciones que quedarán la historia.

El factor presidencial fue parte del lado de la campaña en Copa América
RODRIGO GARRIDOREUTERS

Ahora es como si no nunca hubiese pasado. Como si el camino al primer título en 100 años de Chile hubiese transitado siempre por una ruta ascendente, pareja y lisa, donde todo funcionó bien. Sin embargo, las tres semanas de concentración estuvieron lejos de ser tranquilas. Pasó de todo: cábalas, anécdotas, reencuentros y también indisciplinas, problemas, críticas, que ahora quedan sepultadas bajo el peso del éxito.

De un momento a otro, se olvidó la parte más difícil de la historia. Más que nada dejó de ser importante. Que el accidente de Arturo Vidal en su Ferrari bajo la influencia del alcohol fue un detalle menor. También la decisión de Jorge Sampaoli de mantenerlo en el plantel pese a que no era algo compartido por todos.

Tampoco será tema ahora las dudas del sistema. Parecen lejos los días, donde los jugadores cuestionaban la nueva forma de jugar, los restrictivos períodos de concentración y los problemas con la prensa, a quien se vio siempre como un espía, el enemigo, "que en vez de ayudarnos, nos quiere cagar", como dijo Gary Medel.

La imagen, la postal para el futuro, mostrará un equipo unido, abrazado, como el de las fotografías en el camarín del Estadio Nacional después de cada partido. Uno que sumó a la Presidenta Michelle Bachelet, como parte íntima de los festejos.

No fueron las únicas cábalas. Las salidas a comer también fueron una constante. La idea surgió de los jugadores días antes del debut ante Ecuador y se terminó convirtiendo en una suerte de amuleto: partir de Juan Pinto Durán a diferentes restaurantes de Santiago y distraerse.

También quedará el apoyo sin restricción al compañero. A Vidal después del accidente, a Gonzalo Jara después del castigo y el reproche de todos por la polémica acción a Edinson Cavani que dio la vuelta el mundo, y a José Rojas después de las críticas por su actuación ante Perú.

Un grupo fuerte, sin fisuras, o sin grandes diferencias, que se divertía con cosas tan básicas en Juan Pinto Durán como cartas, play-station o jugando ping pong, y un cuerpo técnico particular que preparó el torneo pensando que guerras, kamikazes y drones. Al final, el logro, el objetivo cumplido, hizo que todo valiera la pena. Es la historia de todos los títulos: lo fundamental es conseguir lo planeado, el cómo, siempre queda en un segundo plano, se borra con el tiempo.