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¿Alguien me puede decir qué diablos hacía una bandera con una esvástica en el Sausalito? ¿Tanto es el desencanto por la corrupción de nuestra clase política que están dispuestos a abrazar una de las causas más nefastas de la historia? ¿O fue solo que vieron por TV que en Europa queda la tendalada cuando una de ellas aparece en un estadio y quisieron hacer lo mismo?

¿Qué hace un tipo, cortapluma en mano, amenazando a otro en la cancha donde Everton y Wanderers debían animar el clásico porteño? Después de una Copa América brillante, que nos lució ante el mundo, ofrecemos una postal decadente y patética.

¿Qué pasa por la mente de la tropa de imbéciles que corrían enajenados con palos como si fueran los escoceces que peleaban con William Wallace?

¡Qué cresta nos está pasando!

Para colmo, todo esto ocurre antes del comienzo del partido. O sea, el juez o había perjudicado a nadie, ningún jugador había dejado de mojar la camiseta... No había ninguna de esas excusas injustificables. Fue barbarie pura.

¿Cómo es posible que haya que llenar de Carabineros en todos los partidos? ¿Por qué hay que enrejar a los barristas como animales de zoológico?

No me vengan con el cuento de que subir el precio de las entradas es la solución del problema. El 2000 en el Parque O'Higgins, quienes les querían partir las sillas en la cabeza a los tenistas argentinos eran justamente los que habían pagado más caro. No me lo contaron, lo vi con mis propios ojos.

El asunto va más allá. Hay un problema de educación, de transmisión de valores. Una ley que sea eficiente y que aplique castigos ejemplarizadores. Ir a la comisaría y tener que firmar es una medalla al valor para algunos. ¿No dejarlos ir más al estadio? A los gamberros el fútbol no les interesa. Quieren llamar la atención. Y lo harán en la cancha o en cualquier otro lado.

¿Qué pasa si los detenidos, por ejemplo, debieran indemnizar al resto de los asistentes? ¿Podríamos sumarle el monto de los daños y hasta el costo de los balines de goma, las lacrimógenas y el agua del guanaco? Y si no pagan: penas que se paguen efectivamente con cárcel.

Si uno va a un restorán, a un cine o a un mall y decide causar desmanes y destruir lo que allí hay, se irá detenido, deberá pagar los daños y seguramente irá preso. ¿Por qué en los estadios es diferente?

La ley que existe en estos momentos no es eficiente. Quienes no han rectificado eso tienen tanta culpa como los gamberros.