ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Daniel López, ex zaguero de la UC

"Raimundo Tupper fue un tipo correcto, intachable y leal"

El coquimbano recordó la amistad que lo unió al desaparecido ídolo de los cruzados. "Cuando llegué como provinciano fui muy bien acogido por él", contó.
U.Católica vs Iquique

López junto a Tupper, con la camiseta de la UC, a comienzos de los 90.
lacatolica.cl

Luego de dejar el fútbol profesional, los giros de la vida llevaron al ex zaguero de Universidad Católica, Daniel López, por senderos inesperados. Estudió psicología y comenzó a ejercer en el ámbito de la minería. Actualmente, posee su propia consultora y está alejado del balompié rentado. Aunque nunca tanto como para olvidar que, este 20 de julio, se cumplirán 20 años de la partida de Raimundo Tupper, su compañero por varias temporadas en los cruzados.

“Pareciera que fue ayer nomás. Casi todos los años converso con alguna persona del fútbol sobre la pérdida de nuestro compañero. Más allá de lo que ocurrió, obviamente que tenemos un recuerdo imborrable de él como amigo, compañero, profesional y jugador de fútbol, pues no fue un jugador del montón. Fue un tipo muy admirado por sus compañeros por su forma de ser”, comentó López para AS Chile.

“Era un tipo muy generoso, compartía con todo el mundo. No tenía preferencias por ningún amigo o compañero. Como provinciano que llegué a Católica a comienzos de los años 90, fui muy bien acogido por el club, pero en especial por los compañeros que había en ese minuto, comandados por Raimundo”, agregó el ex defensor, quien surgió en Coquimbo y luego fichó en la UC.

Los cruzados han organizado una serie de eventos para rememorar el legado de Tupper. Al respecto, López señaló que “cada uno recuerda a sus seres queridos de cierta forma. Raimundo representó todo lo que proyecta Católica. Era un tipo muy especial, muy querido. Era envidiado de buena manera por sus compañeros: tenía buena facha, era muy simpático, se manejaba muy bien en la televisión, etcétera. Lo que hace hoy Católica es recordar a un ídolo que fue un tipo correcto, intachable y leal”

El recordado futbolista de la UC se quitó la vida en la capital de Costa Rica, San José, aquejado de una profunda depresión. La escuadra que entonces dirigía Manuel Pellegrini se encontraba de gira por Centroamérica y el golpe fue durísimo en el plantel.

“El primer impacto fue que todos tuviéramos miedo. Nadie quería estar solo, además que la gran mayoría éramos jóvenes, teníamos entre 22 y 25 años. Ocurrió que nos reuníamos de cinco o seis en una sola habitación. Dormimos como siete en una habitación, todos amontonados, antes de volver a Chile”, contó López.

“No sabíamos que tenía depresión. Creo que solo dos o tres lo sabían, que eran los mayores. En esa época, socialmente se ocultaba el asunto, muy poca gente lo sabía. Eran otros tiempos. Fue duro, además que Raimundo recién estaba volviendo a los entrenamientos, pues antes de ir a Costa Rica se había alejado como un mes por su enfermedad. Llegó muy distinto, muy raro. De hecho, su comportamiento fue motivo de tallas de parte del plantel, porque estaba como ido. Se comunicaba poco y casi siempre andaba solo”, añadió el propietario de la Consultora Psicouniversal.

Sobre el regreso al país, tras la fatalidad vivida en Centroamérica, el ex futbolista de la UC manifestó que “como que en el avión no podíamos creer lo que estaba ocurriendo y tratábamos de pensar que estábamos volviendo sin ninguna novedad. Hasta que llegamos al aeropuerto, donde toda la gente que nos esperaba hizo que nos emocionáramos muchísimo y comprendiéramos un poco más la tragedia que había ocurrido. Ahí asimilamos completamente las dimensiones profundas de lo que había pasado”.

Por último, López rememoró que “le costó mucho a ese plantel reponerse. Se dio a conocer la enfermedad real de Raimundo y comenzamos a comprender lo que estaba ocurriendo. Éramos un equipo de fútbol y te fortaleces dentro de una cancha de fútbol y se te pasa todo. Pero fuera de ella, teníamos una gran pena y un montón de preguntas. También hubo un sentimiento de culpa, porque sentíamos que a lo mejor podíamos haber hecho algo. Podíamos haberlo cuidado, haber andado con él para todos lados. Esas interrogantes dejaron un vacío en la gran mayoría de nosotros”.