Reportaje | La caída de la Sub 20
La Roja es la principal dañada con los siete extranjeros
A partir el 2007, desde que se aprobó la medida, el aporte de las Sub 20 a la Selección mayor ha decaído dramáticamente. Y los resultados de los combinado juveniles también.
La regla que permitía que un equipo chileno pudiera tener siete extranjeros pero cinco en cancha, tiene sus días contados. Los clubes, después de los resonantes fracasos de las últimas Sub 20 y Sub 17, decidieron derogar la medida y obligarse a poner juveniles. Pero las consecuencias de casi ocho años con una gran cuota de foráneos han sido duras, para el torneo, para las selecciones menores y también para el combinado mayor.
Porque los magros resultados en los últimos Sudamericanos, excepto el del 2013, no es lo único que se resintió. De hecho, el daño colateral es quizás más complejo, porque la selección adulta no ha encontrado recambio en las últimas cuatro selecciones Sub 20, justamente en las que vinieron después dar vía libre a la medida.
Los planteles que conformó Jorge Sampaoli para el Mundial de Brasil y para la Copa América, tienen como base tres combinados Sub 20. Lo del 2007 es siempre lo que más resuena, con Alexis Sánchez y Arturo Vidal como estandartes, pero las selecciones del 2005 y 2003 también son parte escencial.
Claudio Bravo, José Rojas, Mauricio Pinilla y Jorge Valdivia fueron parte el 2003. Todos en ese momento ya tenían alguna experiencia en Primera División y si bien no clasificaron al Mundial, su proceso de crecimiento continuó en la liga local.
Pero incluso hay Sub 20 más antiguas que aportan a los seleccionados de Sampaoli. David Pizarro estuvo en 1999 y Johnny Herrera jugó el Sudamericano y el Mundial del 2001. De esos mismos combinados son otros que están en el universo del estratega, como Rodrigo Millar y Jaime Valdés.
El quiebre se produce en noviembre del 2007. Meses después del tercer lugar en Canadá. El Consejo de Presidentes aprobó la contratación de siete extranjeros por club, pero solo cinco podían estar en cancha. Uno de los más felices era el presidente de Colo Colo, Gabriel Ruiz Tagle.
"Esta es la manera en que se hace el fútbol moderno. Se verán mejores partidos y habrá mayor atención a la actividad. Necesitamos abrir nuestro fútbol al mundo, ser competitivos y tener las mismas opciones que otras competencias", sentenció en ese momento Ruiz Tagle.
A partir de ese momento, la Sub 20 dejó de ser proveedora de jugadores para la Roja adulta. Entre los planteles del 2009, 2011, 2013 y 2015, sólo dos jugadores aparecen en los planteles del Mundial y la Copa América: Charles Aránguiz y Ángelo Henríquez. Eduardo Vargas fue nominado el 2009, pero no quedó en la lista final por lesión.
El cambio de regla
El primer torneo en que se aplicó la medida fue en el Apertura 2008. Con la opción de contratar siete extranjeros, los cupos para los jóvenes de las inferiores fueron cada vez menos. Los técnicos, que además en su mayoría también eran foráneos, confiaban más en un argentino, paraguayo o uruguayo con cierta experiencia en el fútbol profesional -la mayoría llega de la segunda o tercera categoría de sus países-, que en un jugador formado en las divisiones menores.
Claudio Borghi en su momento, y Jorge Sampaoli en más de una ocasión, convocaron a jugadores que habían pasado por una Sub 20, pero al no tener continuidad, no lograban la regularidad necesaria para mantenerse entre los citados permanentes.
Nombres como Paulo Magalhaes, Carlos Labrín, Boris Sagredo, Marco Medel, Agustín Parra, Luis Casanova, Bryan Carrasco, Lorenzo Reyes, Igor Lichnovsky, Sebastián Martínez, Andrés Robles, Bryan Rabello, Cristián Cuevas, César Fuentes y Nicolás Castillo, fueron considerados por Borghi o Sampaoli, generalmente para amistosos.
A partir de mediados del 2016 se acaba la norma y la ANFP obligó a colocar juveniles en el torneo y en Copa Chile, una medida que busca devolverle la importancia a las divisiones menores, que son los proveedores de las selecciones en todas sus categorías.