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Guarello

Prohibido arrugar

Actualizado a
Prohibido arrugar
PHIL NOBLEREUTERS

Lo he dicho en la radio ADN, repetí en la transmisiones en Canal 13 y reitero, majaderamente, acá: resulta admirable y ejemplar la mentalidad de los atletas cubanos a la hora de enfrentar grandes desafíos. De manera particular, las atletas. En el Mundial que se está realizando en Beijing, vimos como la lanzadora de disco Denia Caballero ganaba la prueba en su primer lanzamiento y respondía a su favoritismo. Se metió al foso y mandó el implemento a más de 69 metros. Sin titubear. Y eso que tenía como rival a la multicampeona mundial y olímpica, la croata Sandra Perkovic. La demolió.

Lo mismo en la garrocha, Yarislei Silva llegaba como la mejor de la temporada y ganó. Tal como lo había hecho en los Panamericanos donde se enfrentó a las mismas rivales de Beijing: Jennifer Shur de Estados Unidos y Fabiana Murer de Brasil. La sudamericana había saltado 4.85 y dejaba a Silva segunda. Ella respondió con 4.90 y se quedó con el oro. Ni le tembló la pera.

Es interesante mirarle el rostro a estas competidoras antes de participar. Concentradas, pero tranquilas. Con el foco completo en su faena. Y, algo que en Cuba es casi un dogma (en un país de dogmas), no hay disculpas ni excusas ante el fracaso. Los entrenadores son muy exigentes y duros con sus pupilos. Aun con los más chicos, los van endureciendo para que nunca se sientan amedrentados, aunque sus rivales sean mejores, aunque haya 100 mil personas en las gradas. Hace pocos años vimos un video donde Dulce Margarita Gracia, la entrenadora cubana, trataba duramente a Natalia Ducó durante una práctica. Causó sorpresa y no pocos alegaron “maltrato” de la lanzadora chilena. Acá, donde se fomenta el “profe buena onda”, que “regala la nota porque es ‘Tela’”, lo de Dulce Margarita era bullyng. En Cuba se llama entrenamiento normal.

Otro dato que ilustra bien el asunto: Dyron Robles, campeón olímpico 2008 y recordman mundial de los 110 vallas, en Cuba es considerado un “arrugón”, por fallar en un par de competencias importantes, (los olímpicos de Londres 2012 entre ellas). No se lo perdonan. Pedro Pablo Pichardo, que ganó la plata en triple en el actual torneo, no será recibido como “héroe” ni nada, ya que era el favorito y saltó 40 centímetros menos que su marca de presentación. Y eso que el ganador, Taylor de Estados Unidos, se mandó monstruosos 18.21 centímetros. Igual Pichardo “debió”, al menos, saltar más de 18 metros. Salir segundo no es consuelo, así de jodidos son.

En Cuba el CAR no es mejor que acá (es peor), ni las pistas sintéticas muy superiores a la Mario Recordón. Se reciclan implementos, la alimentación está racionada, también los viajes, tienen que entregar un porcentaje de los premios al estado. En fin, hay miles de problemas, pero nadie se escuda en el otro, al entorno, o a las circunstancias. Es una cosa de mentalidad ganadora. Entrenamiento, sí; recursos, también; talento, sin dudas; pero la cabeza es lo más importante. Lejos.