ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El hombre del gueto

Arturo Vidal nació pobre. Su infancia puede ser material de algún folletín o novela costumbrista como un aguerrido muchacho del gueto. Como miles de chilenos también, como la mayoría de sus compañeros de selección si se quiere. Pobre sí, pero con un talento natural muy por sobre la media. No sólo eso, Vidal pertenece al carro de los elegidos: a los superdotados.

Es decir, tenía las herramientas para salir, apelando a una de las vías más veloces del ascenso social, el fútbol, de un destino esculpido por la inequidad. Y lo hizo, bastante rápido por lo demás. A los 19 años ya era titular en Colo Colo y poco tiempo después fue transferido a Alemania con un sueldo de 60 millones de pesos mensuales. Entonces, a los 20 años, Vidal ya no era pobre. Y de eso va casi una década. Mucho tiempo para aprender, mirar, comparar y madurar. Para alejarse del 'fukú' y 'hombre sin rostro' utilizando palabras de Junot Díaz.

En la cancha nada que decir. Su condición de superdotado físico más una mentalidad ganadora poco común entre nosotros, lo mismo para él jugar en el Camp Nou como en La Pintana, ascendió al verdadero Olimpo del fútbol mundial. Ese donde se adorna el juego FIFA con su rostro, ese donde se trata de 'tú' a Pep Guardiola y el Real Madrid te persigue para que seas su jugador.

Vidal tiene casi 29 años, más de una década en la selección, una fortuna en millones de euros, prestigio universal, defiende a un club que no sólo es de los más grandes y ganadores de la historia, es una verdadera leyenda, es parte de la cultura popular en Alemania. Puede hacer lo que se le canta. Si quiere, por ejemplo, trasnocha y llega como estropajo a Juan Pinto Durán. Si quiere, además, justifica su baja apelando a la enfermedad de su hijo o a inescrutables motivos personales. Si quiere puede reclamar porque 'acá no lo cuidamos'.

El tema es que se tiene que hacer responsable y asumir la consecuencias de sus decisiones o malas decisiones. Estuvo a un pelo de causar una tragedia mayor en la Copa América y ahora Sampaoli lo sacó de la selección por indisciplina. Hay varios compañeros que ya no le aguantan esta 'deleitosa' forma de encarar el trabajo, al menos, acá.

Vidal superó el gueto real, del que millones nunca pueden salir, con su talento y su esfuerzo, ahora debe superar gueto mental. Ése es mucho más difícil, porque no basta el dinero para dejarlo atrás, necesita algo de voluntad y nada de autocomplacencia. El que se debe cuidar es él mismo, no sus compañeros guardando un frágil 'silenzio stampa', no Jorge Sampaoli mirando para el lado cuando él no puede entrenar, no su representante elaborando ridículas versiones, no la prensa obligándola a creer y repetir una noticia absurdamente falsa, no los hinchas celebrando hasta sus choques en el Ferrari. Él hace y deshace. Ya es un hombre grande por si no se ha dado cuenta.