La noche en que Sampaoli derrotó a su bestia negra
El argentino, fiel a su estilo, soñó el partido de anoche una y mil veces. Gritó, reclamó y festejó. Y es que demoró cinco duelos en vencer a Brasil.
Hace 36 minutos la Roja derrotó a Brasil por un categórico 2-0 y a la sala de conferencia de prensa hace su ingreso Jorge Sampaoli. Se le ve feliz. Se le nota tranquilo. El casildense irradia conformidad. Desde el Mundial de 2014, la Verdeamarela se ha vuelto una pesadilla que a ratos roza la obsesión.
La voz gastada lo dice todo. Y es que el choque ante el Scratch fue uno de los de mayor tensión para el argentino desde que asumió la banca de Chile. Internamente, el ex DT de la U sabía en la previa del partido que la de anoche era una oportunidad única para vencer de una vez por todas a su bestia negra; el único rival sudamericano con el que tiene saldo negativo.
Por eso vivió el duelo a mil. Las revoluciones jamás bajaron. Sólo el segundo gol de la Roja lo tranquilizó un poco. Al final, cuando el árbitro finalizó el encuentro, el abrazo con Sebastián Beccacece y Jorge Desio fue el desahogo perfecto.
Durante el cotejo repartió instrucciones, reclamó cada cobro dividido, sufrió con los casi goles de Chile y repartió ‘puteadas’ al cielo cuando los suyos se equivocaron. ¿Los goles de la Roja? Los gritó a más no poder, mezclando su grito con el de los casi 40.000 fanáticos que llegaron a Ñuñoa.
Razones para tal regocijo habían de sobra: Sampaoli no había podido dos veces en Porto Alegre, ni en Canadá, ni en Inglaterra. Dos derrotas y dos empates (uno de los cuales eliminó a Chile del Mundial de 2014), eran el saldo del estratega ante la Canarinha.
Eso hasta anoche, cuando leyó de manera magistral lo que ocurría dentro de la cancha y mandó a Mark González a la cancha para cambiar la línea de tres zagueros a otra de cuatro defensores. Ahí cambió el partido. Sampaoli ordenó a los suyos y encaminó así su primer triunfo ante Brasil. Para el DT, la quinta fue la vencida.