La promesa que Sierra terminó cumpliendo en Colo Colo
En su primer día como técnico en el Monumental, dijo que ser campeón era la gran obligación, y así lo logró alzando la estrella 31 del cuadro albo.
"Salir campeón con Unión Española es casi un regalo; con Colo Colo es una obligación y debemos cumplirla", dijo José Luis Sierra en su presentación como técnico albo, consciente del lugar donde llegaba, y de las responsabilidades que traía aparejada su decisión de dejar atrás la tranquilidad de Santa Laura después de seis años, y volver al Monumental.
El 'Coto' se sentía preparado para el gran salto. Durante sus años a cargo del equipo hispano, no sólo ganó títulos, sino también forjó un estilo particular, que le significó el respeto del medio. “Siempre va a decir de frente lo que le molesta. No se guarda nada. Eso lo lleva a tener una muy buena relación, con quienes dirige, por es un técnico cercano”, decía Jorge Ampuero, ex pupilo suyo en Unión.
En Colo Colo la apuesta cobró éxito inmediato. Cinco triunfos en sus primeros cinco partidos hicieron más fácil la transición tras la polémica salida de Héctor Tapia. Su mensaje también parecía llegar con claridad. No muy dado a hablar, supo cómo tomar decisiones importantes sin generar ruido. También, que su equipo entendiera rápido lo que debía hacer.
En ese escenario ideal, la primera gran tarea llegó un par de meses después, con la pelea y posterior salida de Humberto Suazo. Una prueba de fuego para Sierra, que tuvo que decidir la salida de un líder y luego asumir las consecuencias.
Pero siguió adelante. Pese a algunos tropiezos, algunas dudas, tuvo muñeca y liderazgo para sortear otros momentos complejos: la dura sanción a Esteban Pávez, la larga lista de expulsados, la polémica de Esteban Paredes con los televisores, y la derrota en la final con la U por Copa Chile, sólo días antes de la definición del campeonato.
Un signo de madurez, que al final de la campaña y con la estrella 31 descansando en las vitrinas del Monumental, muestran que Sierra sí estaba listo para ser el entrenador que Colo Colo, y cumplir con creces esa obligación que asumió el primer día como entrenador albo: ser campeón.