La ideología Pepe
Un amigo fanatico de la U publicó en su cuenta de Facebook lo siguiente: "Pepe Rojas disimuló sus falencias a puro ñeque. Venerar a un crack es fácil, admirar al chuzo es ideología".
¿Por qué los hinchas de la U quieren tanto a Pepe Rojas? Primero, porque ven que es tan fanático del equipo como ellos mismos. El mismo fenómeno que ocurre con Johnny Herrera. Pero, a diferencia del portero, Pepe no polemiza, no es agresivo, le da la mano al rival caído y corre incansablemente cada partido que le toca jugar.
Pepe, a diferencia de Johnny, no ha sido el superhéroe en varias definiciones por penales. De hecho, la única vez que pateó uno, la mandó a las pailas. A diferencia de Diego Rivarola, no le anotó goles inolvidables al archirrival. A diferencia del Matador Salas, no llegó a ser una lumbrera mundial que los hinchas exhiben con orgullo por ser del club de origen. Pepe Rojas no tiene ninguno de los elementos tradicionales de los símbolos de un club. No materializó ninguno de los sueños de los hinchas. Pero de todas maneras llegó a ser su ídolo.
Y como es símbolo azul, pasó a ser blanco de los enemigos, quienes le restaron méritos para estar en la Selección. Si Pepe no hubiese sido de la U, jamás habría sufrido bullying.
Pepe puso todo el corazón para amoldarse al duro y exigente trabajo de Jorge Sampaoli cuando llegó a la U. Y salió airoso con un crecimiento futbolístico sorprendente. Demostró que el que quiere, puede.
Lo de Pepe no es un fenómeno accidental. Le pasó a Lucho Mena en Colo Colo. Tan sui generis como ser "el cacique rubio". O Mario Lepe, en Universidad Católica. O Domingo Sorace en Everton, o Juan Machuca en Unión. Todos queridísimos por la hinchada. Personas amables y queribles. Jugadores de fútbol, pero antes que eso, tipos que se ven como un ser humano común y corriente.
A Pepe no lo despidieron con fuegos artificiales ni con un show. No era necesario. El cariño irrestricto e inclaudicable del pueblo azul fue mejor que cualquier festival pirotécnico.