TENIS
Daniela Seguel, la sobreviviente del tenis femenino en Chile
La mejor tenista del país habla del retiro, la crisis que vive el tenis femenino en Chile, y sus sueños. "Espero jugar la qualy de Roland Garros en 2016".
Daniela Seguel (308° en la WTA) ahora sólo quiere descansar. Luego de finalizar la temporada en la Copa Providencia, de ganar 26 de los 28 partidos que disputó en los últimos tres meses del año y sumar cinco títulos, la mejor tenista chilena de la actualidad, sólo piensa en las dos semanas que tendrá de vacaciones antes de empezar de nuevo.
“Estoy feliz. Tuve una segunda mitad del año muy buena, donde volví a jugar como me gusta”, reconoce, y atribuye el alza un hecho importante. “A mediados de año decidí volver a Chile. Eso me ayudó mucho: tener el apoyo de mi familia, de mi entrenador”.
Seguel regresó a casa de sus padres en San Joaquín, cerca de donde comenzó a jugar tenis a los 7 años. “Llevaba mucho tiempo en Europa. Me sentía sola, además tenísticamente no estaba consiguiendo resultados. Eso hizo el cambio. Siempre he creído en mi tenis, pero me faltaba confianza. Estar más cerca de mi gente”, aporta.
En medio de ese proceso el tema del retiro la rondó con fuerza. Sus compañeras de generación Cecilia Costa y Camila Silva decidieron dar un paso al costado por falta de recursos. Ella reconoce que lo ha pensado, pero nunca como una idea seria, ni prioritaria. Sigue creyendo que puede vivir de esto. Por ahora, sobrevivir.
“Siempre es difícil mantenerse. Uno gasta más plata de lo que gana en el mismo torneo. No siempre se puede viajar con entrenador. Ahora yo me mantengo con el apoyo de mi familia, con lo que voy recaudando en los torneos”, lamenta.
En medio de esa suma y resta, ya comienza a planificar lo que será una temporada 2016, donde las metas parecen estar claras. “Ojalá jugar la mayor cantidad de partidos posibles, y poder entrar a la qualy de Roland Garros el próximo año. Tendría que acércame al Top 200. Espero lograrlo”, sentencia.
La crisis del tenis femenino
Daniela Seguel reconoce que el tenis femenino pasa por un mal momento en el país. El análisis es claro. “Está más o menos. Hay buenas jugadoras, pero cada vez menos. Más abajo cuesta que aparezcan, y cuando uno llega a cierto momento, se hace difícil mantenerse y se retiran", apunta.
Sin embargo, no es el único problema. "Para las mujeres es más difícil conseguir recursos en el tenis que para los hombres. Ellos tienen más recursos, más torneos, y por ahí, se genera una desigualdad difícil de terminar", profundiza. Un negro panorama que espera que cambie a partir de la nueva Federación que asumirá en marzo.