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Miguel Ángel Arrué

El DT chileno que ha dirigido 27 años en el fútbol extranjero

El entrenador realizó gran parte de su carrera en Perú, hoy vive en México y regresó para conducir a Santiago Morning. "Venir era como cerrar un círculo", expresa.

Arrué asumió hace algunas semanas en Santiago Morning.

La última vez que Miguel Ángel Arrué dirigió en Chile fue en el año 2002. Estuvo a cargo de Everton, en Primera B, y posteriormente el entrenador chileno continuó con su itinerancia internacional. Hasta hace unas semanas, cuando en Santiago Morning consideraron que era el DT adecuado para intentar salir de los últimos lugares en el torneo de ascenso.

"Cuando surgió la posibilidad lo conversé con la familia. En total he estado 30 años afuera (27 como entrenador y tres jugando). Siempre he estado muy cercano al país y como promedio vengo cada dos años a Chile. Me motivó mucho también que me haya hablado don Miguel Nasur, a quien considero un dirigente muy serio y me da plena confianza. Venir era como cerrar un círculo después de tantos años", manifiesta Arrué a AS Chile.

El técnico nacional está radicado en la ciudad de Zacatecas, México. Sin embargo, gran parte de su vida profesional la ha desarrollado en Perú. Entre otros elencos, allí llegó a dirigir a Sporting Cristal y Alianza Lima.

"Partí en un club muy lindo y donde me recibieron muy bien, Las Palmas de Lima. Fui por ocho meses y regresé a Chile después de muchísimos años. En ese tiempo, también estuve en Ecuador, donde dirigí al Deportivo Quito en dos ciclos. Posteriormente estuve tres años en México, en la Real Sociedad de Zacatecas. Volví a Perú y después de nuevo partí a México, estuve cinco años en Manzanillo. Posteriormente, cerca de dos años y medio dirigí a una selección joven de Indonesia", cuenta el entrenador, quien también condujo en el país a Iquique y Antofagasta.

"Sampaoli me sorprendió al enfrentarlo en Perú"

-¿Es verdad que usted es muy cercano al delantero de Perú Claudio Pizarro?-Él salió de Sipesa, un equipo de Chimbote, cuando estuve a cargo del primer equipo. Después coincidimos en Alianza. Es un tipo sensacional. Como Jefferson Farfán, Paolo Guerrero, Waldir Sainz. Fueron muchos jugadores en tantos años. Pero yo nunca me he atribuido la formación de nadie. A uno solo le tocó la circunstancia de hacer debutar a un chico. Hay mucha gente que trabaja en su proceso formativo. Uno solo es parte de un equipo de trabajo. -¿Cómo le fue en su último paso por Alianza Lima en 2011? -Fui el jefe del fútbol formativo y también tomé el primer equipo. Reemplacé a Gustavo Costas, clasificamos a la Copa Libertadores y decidí que José Soto, ex futbolista de Alianza, dirigiera el primer equipo. Luego pasé a un proyecto muy importante: Pacífico FC. Iba muy bien y al final por temas políticos el proyecto fracasó. Estuve en total nueve años en Alianza, en tres etapas distintas. -Enfrentó a Jorge Sampaoli en Perú, ¿imaginaba que llegaría tan lejos? -Sampaoli siempre mostró un gran potencial. Me dejó sorprendido al enfrentarlo cuando él dirigía a Bolognesi de Tacna. Le dio una dinámica y una funcionalidad terrible a ese equipo. Era una máquina. Se le veía como un hombre muy comprometido con lo que hacía.

-¿Qué le ha parecido el fútbol chileno luego de tantos años sin dirigir acá?
-Todo ha cambiado y mejorado mucho. En infraestructura, con los estadios nuevos, es una cosa impresionante. Hay preocupación por los escenarios donde juegan los niños y el trabajo en las fuerzas básicas, todo esto es muy bueno. Al margen de lo que está pasando en la ANFP, la organización de los clubes es de gran nivel. Me acuerdo de un fútbol chileno, 30 años atrás, con equipos muy fortalecidos, pero con una población marginal muy importante, que eran los equipos chicos. En lo deportivo Chile está en un plano estelar, gracias a la Selección nacional.

-Principalmente ha residido en Perú, México y Chile, ¿en el futuro piensa en volver a vivir acá?
-Me gusta Chile, porque aquí están mis raíces. Aquí está todo el resto de mi familia. Me gusta Perú, porque me tratan muy bien. Y me gusta México, porque allá están mis hijas y tengo grandes amigos. En Perú dicen que, en el deporte, yo soy el chileno más querido en los últimos años. He recibido varios premios y fui declarado hijo ilustre de dos ciudades. Hay una cancha que lleva mi nombre en una ciudad que se llama Huacho. Son cosas que marcan, sin duda.

-¿Le hubiese gustado dirigir más años en Chile?
-No, no me arrepiento de nada. Lo he pasado genial, he disfrutado mi vida en el fútbol. Tengo una familia maravillosa y me han tratado bien en todas partes. Tuve la oportunidad de ir a Europa, estuve en Italia estudiando. Soy un simple obrero del fútbol y que la gente por allá te vea y te reconozca, es reconfortante. O acá en Chile que la gente te reconozca también.

-Por lo menos, ahora estará más cerca de su hijo Franco, quien es árbitro en Primera División.
-Él estudio acá, se quedó acá. Le gustaba mucho jugar y era rapidísimo. Después se puso a estudiar kinesiología. Me parece genial que sea árbitro. Todos mis hijos han estado relacionados con el fútbol. Claudio es un preparador físico de gran nivel y trabaja conmigo. Fue campeón dos veces con la Universidad San Martín de Porres, ha participado en Copas Libertadores. Ha viajado bastante y es un chico que se ha preparado mucho.

-Santiago Morning está antepenúltimo en Primera B, ¿cómo ve el desafío de mejorar el rendimiento del equipo? 
-Me gustaría desarrollar en Santiago Morning un proyecto interesante. Lo hemos conversado con los directivos. Uno sabe que está condicionado por los resultados y siento que tenemos un buen plantel, con jugadores de experiencia y mucha juventud. Estamos muy contentos trabajando en el club. Tenemos lo básico para trabajar y lo administramos bien. Estamos siempre con las pilas puestas, porque esto es algo que apasiona. Hemos formado un cuerpo técnico genial y con gente comprometida. Nos gustaría ser un aporte interesante.