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Veracruz | México

La historia de Víctor Mella, el primer chileno en la MLS

El ex colocolino jugó en el inicio de la actual liga de Estados Unidos y hoy vive en tierra azteca. “Me iba a quedar, pero salió la chance de emigrar”, cuenta.

Actualizado a
Víctor Mella reside hoy en México y trabaja en el fútbol con niños.

Durante este año, la liga profesional de fútbol de Estados Unidos, MLS, cumplió 20 años de existencia. Y en la primera temporada, a mediados de los 90, hubo un chileno entre los protagonistas: Víctor Mella, quien fichó en el San José Clash, cuando era un joven volante surgido en Colo Colo.

“En 1996 fui a la inauguración de la MLS. Estaba en San José y luego en un intercambio me fui a jugar a New England Revolution. Todo estaba bien, pero no me sentía cómodo. Tenía un sueldo bajo en comparación a lo que se manejaba allá. Los impuestos eran muy altos. Hubiera sido atractivo si esas cosas se hubieran arreglado antes. Era un contrato mal formulado, no me daba garantías y tomé la decisión de regresar a Chile”, cuenta Mella a AS Chile.

“Volví a Colo Colo, luego fui a préstamo a Everton. Volví de nuevo a San José con un mejor contrato. Me fue relativamente bien y el fútbol era muy diferente a cómo se juega hoy en Estados Unidos. Había harto choque, mucho ida y vuelta y muy poca técnica. Yo era un jugador más de toque y desborde y no de andar a los trancazos. Me iba a quedar, pero salió la posibilidad de ir a México. No lo pensé y creo que fue una muy decisión. La liga de Estados Unidos es bastante ejemplar en varios aspectos, pero se ha ido desarrollando lentamente. Hoy se está viviendo una gran pasión”, agrega el ex colocolino, quien reside en la ciudad de Veracruz.

A la distancia, sin embargo, Mella sigue los pormenores de la liga estadounidense, destacando el nivel mostrado por Pedro Morales en el Vancouver Whitecaps.

"Sé que está Pedro Morales y que le ha ido muy bien. Se adaptó en muy forma, lo que no es fácil, y es muy reconocido. En mi época, me topé con Marcelo Vega cuando jugó en Metros Star de Nueva York. Fue complicado para él, porque el fútbol es muy diferente a cómo se juega hoy. Quería controlar y pasaba el llevador. Estuvo también el (boliviano) Diablo (Marco) Echeverry que fue todo un referente acá. Después de salir de Colo Colo acá realmente la rompió en la liga”, manifiesta.

-¿Qué es de su vida en México? ¿A qué se dedica?
-Vivo a dos cuadras del estadio de Tiburones Rojos, en Veracruz. Trabajo en el fútbol con niños. Doy clases en dos escuelas y llevo la organización de un torneo de fútbol siete. No me ha interesado mucho la propuesta de trabajar en el club de acá. Me va mejor trabajando por afuera, porque las expectativas de dinero y proyección no son muy buenas, a menos que trabajes en un primer equipo o como director deportivo. De hecho, mi intención es estudiar pronto administración deportiva, pues me gusta muchísimo y creo que tengo mucho perfil para eso.

-¿Por qué terminó viviendo en Veracruz?
-En México partí en Santos. Fue a través de un amigo, Freddy Ferragut, lo que me permitió jugar en la filial del club, Real Sociedad de Zacatecas. En esa época el entrenador de Tiburones Rojos era Carlos Trucco y conversó conmigo para traerme a jugar acá. Me vine y me fue bastante bien. Lamentablemente también sufrí una lesión grave en la rodilla. Me tuve que operar un par de veces y estuve parado casi un año. Volví a Chile, estuve en Magallanes. Después volví a México, a Zelaya, en primera división. Luego nació mi hijo y no me aventuré más. A los 28 años tomé la decisión de no jugar más.

-En Tiburones Rojos están el volante Fernando Meneses y el entrenador Carlos Reinoso, ¿tiene contacto con ellos?
- Voy siempre al estadio. Tengo contacto muy por encimita con ellos. Antes tuve contacto con otros chilenos que pasaron por acá, pero cuando se fueron nunca más recibí un mensaje ni una llamada. Entonces, ya no me acerqué a nadie y el que me lo recriminó fue el Pony Ruiz. No me acerqué Meneses, porque ya aprendí de la experiencia y el profe Reinoso es muy especial. Ha sido un dios en el fútbol acá, el mejor extranjero que ha venido, y se maneja en un perfil muy especial. No le hacía caso a los que eran cracks en Colo Colo, Pizarro, Pato Yáñez, Barticciotto, menos le voy a hacer a alguien que no vi jugar. Yo sigo en lo mío y cuando voy, lo saludo y listo.

-¿Con dos décadas fuera del país se proyecta regresando a instalarse en Chile en algún momento?
-Tengo un grupo de amigos de Colo Colo que somos de la misma generación que ascendió al primer equipo en Colo Colo. Pancho Fernández, Juan Carlos Alegría, Frank Lobos. Mantenemos nuestro contacto y hacemos partidos cuando voy para allá. Tenía la idea de armar un proyecto en conjunto para hacer unas canchas y armar una escuela de fútbol. Pero no prosperó y me decepcioné. Como que había un poco de miedo a hacer las cosas. Al final si vas fracasar, por lo menos diste el paso y sigues en lo tuyo. Ahora tienen una fundación y están trabajando para sacar gente. Yo a lo mejor podría colaborar. Eso no significa que yo me retire de México. Puedo estar un tiempo allá y otro acá. El espacio que tengo acá me lo he ganado a pulso. Con 41 años empezar otra vez a batallar en Chile no es fácil.