¿Sigue Sampaoli?
No es necesario hacer un estudio de mercado ni consultar una muestra representativa para saber que lo que interesa al grueso de la gente, al hincha, es si sigue o no Jorge Luis Sampaoli como entrenador de la selección chilena. Más allá de los méritos de Arturo Salah o Pablo Milad, de si se investigarán y sancionarán las malas prácticas de la gestión de Sergio Jadue y sus cómplices o de si se compra o no el 20 por ciento del CDF, lo que se ha convertido en asunto de estado es saber si el calvo seleccionador continuará en sus funciones.
Salah y Milad lo quieren sí o sí y están dispuestos a negociar con él. Eso incluye, entre otras cosas, solucionar el inconveniente de Sebastián Becaccece para que asuma sin problemas en la U, mantenerle el sueldo con el costo de los impuestos pagados en Chile y la definición de los puntos claves de su proyecto, incluida la inversión que permita renovar a la Roja. Pero negociar debería ser lo que la mayoría del mundo entiende por esa palabra: tratar de ponerse de acuerdo en consenso y no aceptar sólo lo que una de las partes diga.
Sampaoli se sentía muy cómodo con Jadue, principalmente porque accedía a casi todas sus peticiones. Más de alguna vez el calerano no tomó en cuenta al directorio y le dio para adelante no más. Los sueldos, premios y derechos de imagen hoy son indiscutibles, porque fue firmado por una autoridad competente. Los montos son altos, pero nadie duda que el hombre se los merece. Tener a un DT de su categoría requiere una inversión así. Obviamente que los pagos en sociedades off shore con la intención de rebajar impuestos, asunto que fue rectificado a un costo monetario y moral muy alto, es algo éticamente reprochable.
El seleccionador nacional ha dicho que su futuro se define el 4 de enero. Más allá de quién resulte electo, el asunto clave es con quién Sampaoli se sienta más cómodo. La obsesión del casildense debería chocar con un orden y un presupuesto. Sería muy sano que así ocurriera. Y más aún que lograran ponerse de acuerdo, por el bien de la Roja como profetizan ambas partes.