La verdad es que, en la confusión, los clubes han sabido esconder bien lo poco que tienen para ofrecer de nuevo. Claro, que puedan llegar tres refuerzos no ayuda, pero ni ese número ínfimo ha sabido ser cubierto.
La U, por ejemplo, tiene en la mira a Gonzalo Jara que, de concretarse, sería el gran nombre del verano. ¡Jara! Mientras, Becaccecce se desvive por un lateral izquierdo que no aparece por ninguna parte. Católica anuncia con gran estrépito el regreso de Nicolás Castillo, quien viene de hacer una campaña paupérrima en Europa. El cabro puede ser, pero no puede convertirse en la solución que necesita Mario Salas. También se les enfrío José Pedro Fuenzalida y, como se fue Michael Ríos, no tienen volante por la derecha. Y también se fue Mark González ¿Quién lo reemplaza? Cordero. Vistiendo un santo con los harapos del otro. Para más señales ahora surgió la posibilidad de Sebastián Jaime para la vanguardia cruzada. Buen muchacho, pero ningún hincha cruzado saltará en dos patas con este refuerzo.