Paredes: "No jugaría en la U, mis principios me dicen que no"
El ídolo albo aborda su infancia y sus duros inicios para luego hablar de su presente y lo que espera lograr en el club de sus amores.
Esteban Paredes abordó distintos aspectos de su carrera, vinculados a sus duros inicios y a lo que espera lograr con la camiseta de Colo Colo. En el sitio oficial del club albo, el goleador tocó puntos que lo marcaron en su infancia y durante su carrera profesional.
Tras los pasos de Martínez
“Al año ya tenía camiseta de Colo Colo. Hay una foto que mi papá no puede encontrar, en la que con un año salgo con la camiseta… Mi sueño siempre fue jugar en Colo Colo. Lo llevo en el corazón: desde niño soy colocolino y voy a morir colocolino. Para la Copa Libertadores de 1991 tenía 10 años y la vimos en la casa, era televisión abierta. Todos éramos colocolinos y después salimos a celebrar. Me gustaba Jaime Pizarro, el Coca Mendoza, Pablo Barticciotto y Rubén Martínez, a quien seguía porque me gustaba como definía. Eran todos cracks. Lizardo Garrido atrás era impresionante, Morón… En mi pieza tenía un póster de Colo-Colo 91 y otro de Colo-Colo 1989”.
Los mareos de Paredes
“Yo jugaba en una Escuela en Estación Central, a los 11 años jugué en Audax Italiano, donde estuve poco y después me fui tres meses a las cadetes de Cobreloa. A los 15 años me dijeron que fuera a hablar con una persona de Santiago Morning, porque me iban a dejar inmediatamente, antes de la prueba, pero yo no quería, no me gustaban los pitutos. Y fui, me probé, jugué 15 minutos, hice dos goles y me sacaron rápido de la prueba para que me quedara en el 'Chago'. Me gustaba jugar a la pelota en el barrio, pero en un club era distinto. Además vivía muy lejos, tenía problemas con el tema de las micros. Me mareaba mucho en los buses, siempre he tenido ese problema, me daban ganas de vomitar. Andaba dos, tres cuadras y vomitaba. Después me llevaba un limón, salía del colegio, almorzaba y tenía que caminar harto a tomar la micro. Y cuando me subía andaba tres cuadras y tenía que bajarme a vomitar”.
Mecánico
“Estudié Mecánica Automotriz en el Complejo Educacional Cerro Navia. Ahí estuve de primero básico hasta cuarto medio. Era el regalón del colegio...".
Recuerda a la familia
“Mi papá viajaba mucho por su trabajo, era contratista en mármol. Tenía 'pega' en Santiago, pero viajaba mucho. Mi papá se separó y su nueva señora me llevaba a los entrenamientos, también mi padrino y hasta los cinco años viví con mi papá, mi mamá y mi hermana menor Solange. Todos eran de Colo Colo y vivíamos en Pudahuel. Después mi mamá se fue y no la volví a ver hasta como los 13 años. Quizás no le di tanta importancia a que se fuera, porque no me quedaba solo. Había mucha gente alrededor mío: mis tíos, mi papá, mis abuelos. Igual, luego me afectó mucho, porque uno, como hombre, es más apegado a la mamá... Estaba chico y con el tiempo me fui dando cuenta de lo que pasó. Me decían cosas de allá, cosas de acá, pero no le di mucho vuelo a esos comentarios. Ahora le doy gracias a Dios de que mis papás están vivos. Si bien mi mamá cometió un error, todos los hemos cometido en la vida y obviamente que hay que perdonar. No hay que ser tan rencoroso. Siempre mantuve relación con mis abuelos (maternos), incluso cuando mi mamá se fue íbamos con mi papá para allá y le preguntábamos a mi abuela donde estaba mi mamá. Uno aprende de esas cosas".
Cambio de vida
“La nueva pareja de mi papá, Marisol Velásquez, me ayudó mucho. Hasta el día de hoy se ha portado súper bien, siempre me enseñó cosas buenas, estuvo al lado mío, me acompañaba a todos lados. Uno le agradece a Dios por ponerla como mi mamá y también a mi papá que luchó y luchó para ayudarme a estar donde estoy. Mi papá y mi abuelo me acompañaban a los partidos en cadetes. Mi abuelo Mario falleció en 2009 justo después que llegué a Colo Colo, pero me alcanzó a ver jugar acá, fue un sueño. Él murió en septiembre de ese año en un accidente en carretón y él también jugó en las cadetes de Colo Colo, de hecho, fue compañero de Mario Moreno”.
“Mi papá significa mucho para mí. Nunca ha sido muy comunicativo, pero sí luchó mucho para que fuera al colegio, para que fuera un hombre no metido en las drogas, en el alcohol, sin malas influencias. Él tiene un lugar en mi corazón y creo que tiene un lugar en el cielo. Somos tan parecidos… yo también me guardo las cosas, no se las digo a nadie, soy muy desconfiado”.
Su relación con el Morning
“Firmé mi primer contrato con Santiago Morning en 2.000, tenía 19 años y firmé por cuatro años por $150.000. Antes eran contratos prorrogables, me iban renovando cada dos años, me subían la plata y bien, hasta que en 2006 llegaron de México el Puebla y San Luis de Potosí a comprarme el 50% del pase en un millón seiscientos mil dólares. Y Santiago Morning pidió tres millones de dólares. Ahí las negociaciones se complicaron. Siempre tuve el problema para salir. Había cláusulas, hasta que me aburrí. Cuando me hacen los contactos para venir a Colo Colo dije que pararan el tema, que me dejaran salir, porque de lo contrario no iba a jugar más a la pelota. Tuve que presionar, decir eso para que me dejaran salir. Con Miguel Nasur era el tema. Ahora no hay ningún reproche ni nada con él. Se portaron muy bien conmigo, sólo era que no me dejaban salir".
Ambición goleadora
"A los muchachos de 25, 26 años les diría que sigan, que sigan, aunque estén en la serie B o en Tercera, tienen que seguir adelante. En algún momento el fútbol te va a devolver lo que uno le entrega a esta actividad. Me acuerdo que en el Morning estaba de vacaciones y me iba a entrenar al cerro. Siempre fui de esos que no podía estar tres días parado. Si quieren llegar a Colo Colo, o a otro equipo, sigan entrenando, porque les va a llegar la oportunidad. Y cuando les llegue no hay que soltarla”.
Viaje a los potreros
“En Puerto Montt viajábamos en bus a todos lados. Veníamos a Santiago, de ahí a La Serena, a Ovalle, Copiapó, en fin. Era chico y uno sólo quería jugar. En esos viajes me llevaba mi limón por los mareos, algo que todavía pasa. Cuando recién empezaba mis metas eran llegar a Colo Colo, no pensaba en ir a Europa, sólo jugar en el club, ser parte de la historia de Colo Colo y de a poco lo he logrado. Quería llegar acá y jugar 15 años en Colo-Colo, como Jaime Pizarro o como 'El Chano' Garrido. Cuando estaba en la B siempre decía: ‘Va a llegar, va a llegar la oportunidad’ y nunca me sentí mal o que no quisiera jugar más en canchas malas”.
El salto a Primera
“Al término de 2008, había salido goleador y me dije ‘Si ahora no me voy a un club grande, creo que me voy a morir en el 'Chago' y voy a ser un jugador común y corriente, sin lograr cosas importantes’. Y cuando llegué a Colo Colo pensé ‘aquí tengo que jugármela, tengo que hacer goles, tengo que ser ídolo’. Y también sabía que iba a llegar a un club grande, pero no me imaginé que iba a ser a Colo Colo”.
Cuando pudo ser azul o cruzado
“Estuve cerca de llegar a la U y a Católica también. En 2009 empecé a trabajar con Sergio Morales (representante) y me dice ‘Tengo una oferta de la U. Ofrecen esto pero no nos dan mucho tiempo’. Era un miércoles y tenía que firmar el lunes. Le dije déjame pensarlo y al otro día me llama y me dice que estaba Colo Colo interesado. Yo dije ‘¡Ya, vamos!’, no la pensé dos veces. ¿Si me veía jugando en la U? No sé, ni pensarlo. Lo hablé con mi señora y ella me decía: ‘Tú siempre quisiste jugar en un grande. Está bien, eres colocolino y todo pero aquí está la tuya’. Me pagaban lo mismo que en el 'Chago' y no era por plata, era porque yo quería jugar en un grande y finalmente llegué a mi equipo”.
Tema social
“Es complicado el tema de la delincuencia y los flagelos sociales. El otro día escuchaba a alguien que decía que faltaban más centros comunitarios en las poblaciones, más mesas de pin pon, más cosas deportivas… No sé. Hay mucha droga. Pero eso no se va a acabar. Va a pasar siempre. Y no solo en las poblaciones. De repente la gente que tiene un estrato social más alto también pasa lo mismo. Pero no se ve. Los protegen más... Cuando jugaba en la selección de Cerro Navia me asaltaron una vez. Me pusieron un cuchillo acá en el cuello, tenía 14 años e íbamos caminando con cuatro compañeros.... En las canchas donde jugábamos con el ‘Franja Juvenil’ (su club de barrio) pasaban muchas cosas. Íbamos a paseos y quedaba la… aunque tampoco era tanto. Eran combos y palos pero ahora sacan pistolas. Las peleas antes duraban tres minutos, cinco minutos y se paraba. Ahora ya no, todo es diferente”.
AMIGOS
“Tengo amigos pero no me gusta compartir las cosas que me pasan. En el fútbol tengo pocos amigos. Marco Muñoz, Pablo Rojas, Sergio Malbrán, con ellos jugué en Puerto Montt, me junto con ellos. En el fútbol hay mucha envidia entre los jugadores, lo que pasa en todos lados".
Representación alba
“Sé que la gente siento que representó a Colo Colo. De cómo llegué, lo que fui logrando, en los momentos más malos de Colo Colo fui uno de los mejores. Me fui, volví y prometí la 30. Ahora los goles que he hecho, eso la gente lo ve de buena manera. Me queda un año de contrato en Colo Colo, pero todavía estoy vigente. Hice 29 goles en el año y quiero terminar acá, ser parte de la historia. Ojalá poder llegar a los 250 o 260 goles, todo depende de si me quieren renovar o no. Estoy bien, estoy vigente… Si no se da seguir tendría que asumirlo y si no tengo nada fuera del país tendría que jugar en un club de Chile”.
No a la "U"
“¿Si jugaría en la U? No, ni por 50 millones. Mis principios me dicen que no, mi corazón me dice que no, siendo ídolo de acá, no podría. Y en Católica tampoco podría jugar. ¿El Chago? Si no termino en Colo Colo tengo que buscar un club y el 'Chago' sería una opción buena. Ahí me quieren también, fui parte de ese club. ¿Si me iría a la B? Sí, no tengo problemas. A mí me gusta jugar, me gusta tratar de ayudar al equipo y si está en la B trataría de ayudarlo a subir al a Primera. Puedo tener miles de problemas afuera de una cancha, pero dentro de ella se me olvida todo. Disfruto solamente".