Wanderers se aprieta el cinturón para hacerle el quite a la quiebra
El decano del fútbol chileno por ahora zafa del abismo. Está siendo intervenido. La gerencia ha utilizado toda clase de recursos para bajar sueldos que bordean los 20 millones al mes.
Wanderers está en la cornisa. Si bien aún el club no está en la quiebra, tal como lo reconoció su presidente, los verdes están ante un panorama muy oscuro. El gasto mensual prácticamente triplica los ingresos constantes emanados desde el CDF (200 millones aproximadamente versus 70).
Por esa razón se decidió rebajar el plantel drásticamente. Hace unos días, la dirigencia citó a los peces gordos, esto es, todos los jugadores que ganaban más de siete millones de pesos. En ella, se les pidió congelar su sueldo en dicho monto ($7.000.000) y el diferencial documentarlo a plazo.
A la salida de esa reunión, Carlos Muñoz habló de una rebaja de más de la mitad de su sueldo. El delantero gana 18 millones de pesos al mes. En su caso, se le pidió documentar a plazo esos 11 milones de pesos que restan para completar su sueldo.
Hubo algunos que accedieron, pero otros rechazaron la propuesta. El trato es documentar a diez meses lo correspondiente a tres. La idea es a mitad de año reestructurar todo.
El cuerpo técnico presidido por Alfredo Arias tiene un sueldo alto, pero considerablemente menor al de su antecesor. Emiliano Astorga dejó Palestino ganando 16 millones cada 30 días. En Wanderers esa cifra se acercó a los 20 millones de pesos. El actual cuerpo técnico llegó por $13.000.000 y con la exigencia de mantener la categoría sin sumar ninguna cara nueva.
A mediados de enero, Juan Gutiérrez dejó de ser el gerente deportivo de los caturros. Pese a los rumores, su salida se debió únicamente a razones económicas. El sueldo de Gutiérrez alcanzaba los 8 millones de pesos. Ni siquiera se cuestionó su aporte al plantel. Esas consideraciones, en medio de la crisis, son secundarias.
La venta del CDF se espera con ansias en Valparaíso. Pero ese dinero (estiman recibir cerca de mil millones de pesos) ya tiene destino: pagar la deuda con Fundación Futuro de Vaparaíso, propiedad de Nicolás Ibáñez.
Por todas estas razones, la imagen de Jorge Lafrentz en el medio es bastante débil. Su gestión financiera ha sido fuertemente cuestionada. Tanto así, que fue esa la razón por la que varios de sus pares derribaran su candidatura a la ANFP. El presente de Wanderers, fuera de la cancha, es bastante incierto.