Embocarla
Un amigo español, bocazas y cagador de hostias, solía mofarse de sus rivales en el golf cuando la dejaban corta en el putt: “Tío, lo han estudiado los alemanes y fue corroborado por los japoneses: si la bola no llega al hoyo, no entra”. Viendo a Colo Colo errar tres o cuatro goles cantados frente a Atlético Mineiro por no acertar el marco, me acordé de la lapidaria frase de Chavalote.
No se puede reprochar demasiado la faena de los albos contra los brasileños, esto, tomando en cuenta el bajo nivel del fútbol local. Por ahí buscó demasiado a Beausejour y por momentos se repitió en el pelotazo al vacío, muchas veces, sin destino. Pero la mayor parte se adueñó de la pelota, neutralizó los hombres en ofensiva del rival, se impuso en el mediocampo y supo penetrar una defensa bien plantada y fuerte.
Pero no la embocó.
La tuvo Delgado tras una gran habilitación de Paredes y dudó. Fue lo justo para que un zaguero se cerrara y obligara al delantero albo a rematar desviado. La tuvo de nuevo Delgado tras pase sensacional de Valdés, y se le escapó un poco, fracción precisa para que Silva alcanzara a pellizcarla cuando quedaba mano a mano. La tuvo Rodríguez frontal y la mandó afuera. La tuvo Tonso luego se sacarse a Silva y gambetear a Erazo. Y, embriagado por la sed de gloria, por la furia, por las ansias, quiso sacar el arco de cuajo con un balazo y la mandó a la tribuna, cuando bastaba con elegir un palo y rematar al gol ante el achique desesperado de Víctor.
Así no más. Si la pelota no va al rectángulo de 732 x 244 no entra y después no se puede ganar. Lo estudiaron los alemanes y lo corroboraron los japoneses. Jodido fútbol éste.