La U y Colo Colo igualan en un Superclásico para el olvido

La expectativa por el Superclásico 179 era enorme, pero el partido terminó siendo un largo bostezo el mediodía del domingo en el Estadio Nacional. Un duelo trabado, sin claridad y aburrido. Solo un tiro al arco con opción de ser gol arroja el recuento del cero a cero para el olvido entre Universidad de Chile y Colo Colo.

Los azules, que están a cinco puntos de la zona de descenso, montaron un ataque en la primera jugada del partido. Por momentos, parecía revivir el vértigo de la era Sampaoli, pero fue solo un espejismo.

Colo Colo, dueño de la mejor defensa del torneo, comenzó a "ablandar" a Gustavo Canales. Siete faltas en los primeros 15 minutos evidenciaban que el deseo de Julio Barroso y compañía era sacar de la cancha al originario de General Roca.

Fue Gustavo quien tuvo la que podríamos llamar como primera ocasión del partido. Luciano Fabián Monzón dribleó desde la orilla y el argentino nacionalizado probó desde fuera del área, pero a las nubes.

A los 38' quedó fuera de competencia Monzón, quien se lesionó cuando intentaba desbordar. Un minuto después, Andrés Vilches obligó a que Johnny Herrera volara a su derecha y tapara un remate bajo.

En la segunda etapa los azules adelantaron líneas, pero jamás llegaron a preocupar a Justo Villar. Johnny Herrera fue el espectador con mejor posición dentro de los 31.023 asistentes que llegaron a Ñuñoa. Sebastián Ubilla tuvo un par de ocasiones, pero no llegó a enfrentar al portero del Cacique.

El minuto clave del partido parecía ser el 74'. Jean Beausejour le pegó una patada en el suelo a Luis Felipe Pinilla y le mostraron la segunda tarjeta amarilla. Con un jugador más, los azules fueron con todo, pero al igual que durante todo el partido, sin claridad.

Al final, lo más llamativo fue la lesión de Esteban Paredes en el calentamiento previo al partido, las patadas que le dieron a Canales, el debut del juvenil boliviano Bruno Miranda y que se cumplió la cábala azul de no perder con Canales y cuando arbitra Julio Bascuñán.

Porque de fútbol no hubo casi nada.