Chile recuperó la memoria

Todos vimos que la Roja hizo un buen partido ante Argentina y no mereció perder. Pero los puntos se fueron al otro lado de la cordillera y nos quedamos lamentando las lesiones de Matías Fernández y Marcelo Díaz y el duro descenso en la tabla de las Clasificatorias.
Por eso era imprescindible ganar en Barinas y no ceder más terreno en la lucha por un cupo al mundial de Rusia. Chile, el campeón de América, no merecía irse por el despeñadero. Habría sido un castigo muy duro para una generación que aún puede jugar una tercera copa del mundo consecutiva.
La primera victoria en la era Pizzi descomprime una enormidad, permite que el equipo vuelva a creer en sus capacidades y se sacuda de las esquirlas de la vergonzosa salida de Sergio Jadue y el tormentoso término de la dirección técnica de Jorge Sampaoli. No es casualidad que desde la huida del ex presidente de la ANFP y la renuncia del casildense la Roja hubiese sumado solo un punto sobre nueve posibles.
El triunfo en Barinas no da para descorchar nada, pero ayuda, un montón. Demuestra que Chile recuperó la memoria, tiene gol y Pizzi puede establecer matices tácticos sin resignar vértigo y competitividad. Lo dijo el Macanudo en la conferencia de prensa una vez terminado el partido, el ingreso de Pinilla revela que la Roja puede cambiar su estructura táctica sin perder intensidad.
Pinilla respondió a cabalidad, anotó dos golazos, se perdió uno cantado, fue al choque con los centrales, quedó contuso en una pelota dividida con Vizcarrondo y no se amilanó pese al fuerte golpe. Si no fue el mejor de Chile, pegó en el palo y dejó en claro que va a seguir luchando por un lugar en el equipo titular. Probablemente, Pizzi va a insistir con Marcelo Larrondo y Eduardo Vargas será considerado entre los once, pero el delantero del Atalanta subió considerablemente sus bonos, eso es evidente.
Los tres puntos y la mejora en la diferencia de gol son también útiles para que Chile llegue tranquilo a la Copa América del Centenario. ¿Qué hubiera pasado si la Roja perdía o empataba en Barinas? De seguro, el clamor del medio hubiera sido que jugase con el equipo titular en Estados Unidos para que Pizzi tuviera tiempo efectivo de trabajo y hallara la oncena ideal. Ahora, el escenario es diferente, le permite al entrenador pensar en frío y analizar los pro y contra de cada una de las nominaciones.
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Si bien la tentación de ir con todo a Norteamérica es grande hay un hecho hasta ahora poco considerado y clave para el futuro de la selección. Este año restan seis partidos clasificatorios, 18 puntos por jugar entre comienzos de septiembre y mediados de noviembre. En dos meses y medio, nos jugamos buena parte de nuestras posibilidades de llegar a Rusia. En ese contexto, poner toda la carne en la parrilla en la Copa América del Centenario suena insensato, más teniendo en cuenta que hay jugadores que vienen con una altísima carga de partidos como Alexis, Vidal y Medel. Alexis, recordemos, tras una lesión que le hizo bajar notoriamente su rendimiento.
Chile se metió de nuevo en carrera y es tiempo de planificar los próximos pasos. De aquí en más, las determinaciones de Pizzi serán muy importantes en el marco de unas eliminatorias donde hay siete equipos con opciones reales de clasificar al mundial. La Copa América debe ser una responsabilidad, pero también un laboratorio para probar a Larrondo, darle rodaje a Aranguiz, reforzar el rol de Pinilla y trabajar para que Valdivia recupere su nivel de 2015, entre otros objetivos. En el resto de las decisiones debe primar el pragmatismo, la mirada de mediano plazo y la prioridad que representa ir a Rusia: la hora de la verdad no está en Estados Unidos. Está en esos seis partidos clasificatorios de fin de año.
