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Golfo Pérsico

La historia de Olivera, el único chileno que jugó en Bahrein

El delantero actuó en el Sitra Club durante 10 meses y regresó con la idea de fichar acá en un equipo de Primera División. "Los musulmanes son gente muy amable", cuenta.

Olivera tras un partido en la liga de Bahrein.

Luego de un extenso peregrinar por clubes de Primera B, Leonardo Olivera decidió abandonar su natal Curacaví, en la Quinta Región, y partió a la aventura, a desempeñarse en la liga de Bahrein. Fichó en el Sitra Club durante el año pasado, transformándose en el primer chileno en actuar en la competencia en la isla del Golfo Pérsico.

"Volví hace algunos días. Estuve diez meses en Bahrein, jugué un campeonato entero allá. Para ser el primer chileno allá, la experiencia ha sido linda. Primera vez que estaba en un país del golfo. Conocer la cultura de los musulmanes y el fútbol de allá fue una buena experiencia. Hice goles, me vine contento", explica Olivera a AS Chile.

"Quedaban cuatro fechas cuando volví y terminó mi contrato. Como el equipo no peleaba los primeros lugares, me ofrecieron la chance de darme el dinero antes para que volviera. Tengo un hijo chico acá y, como lo extrañaba, decidí volver también"; agrega el centrodelantero formado en Everton y con pasos por Temuco, Cobreloa, San Luis y Magallanes, entre otros equipos.

-¿Le gustaría incursiona en una liga mayor ahí en la región del Golfo Pérsico? ¿Emiratos Árabes, Qatar?
-Sí, esa es una de mis ideas. Obtener algo en una de esas ligas, pero principalmente jugar en un equipo de Primera División acá. Tengo 28 años y siento que estoy en mi etapa de madurez plena. Creo que puedo ser un aporte en cualquier club.

-¿La vida en Bahrein es parecida a lo que se puede ver por televisión de Emiratos Árabes, por ejemplo?
-Todos los países de esa región son muy parecidos. Como todos son musulmanes, se comportan casi igual. Comen las mismas cosas y son gente muy amable, aunque alguien crea lo contrario. Los conflictos que tienen son parte de propio mundo, pero con lo otra gente son súper buenos. Me aceptaron muy bien, ellos respetan tu religión. No te hacen partícipe de la de ellos. Uno va a jugar fútbol allá y lo respetan como profesional.

-¿Cómo funciona la liga en Bahrein?
-Son nueve equipos. Es un campeonato corto. No puedo decir que el fútbol es más malo allá que acá, es totalmente distinto. Por genética, corren más, son desordenados tácticamente, pero el fútbol no es malo. Tienen un nivel físico bastante más alto, porque son más esbeltos. Había equipos que se reforzaban muy bien con extranjeros y competían a buen nivel.

-¿Había muchos extranjeros en el campeonato?
-No, son solo cuatro por equipos. Tres provenientes de cualquier parte del mundo y solamente un cupo de Asia. Hay muchos brasileños. Como son buenos jugadores, están por todo el mundo. También hay muchos africanos. Siempre tuve técnicos de Bahrein, solo tuve un preparador físico brasileño. Ven el fútbol a su manera. Por ejemplo, soy delantero y muchas veces tuve que jugar de volante. Como son medio desordenados, tenía que esforzarme. Nosotros entendemos mejor el fútbol que ellos. Ellos van para adelante nomás.

-¿De qué forma se entendía con el entrenador de Bahrein?
-Hablo inglés, así que eso me facilito todo. El técnico siempre me pedía que, cuando tuviera la pelota, intentara hacer daño. Soy más habilidoso y las veces que jugué de nueve, siempre intenté hacer daño o crear situaciones de gol. Si entraba en el juego de ellos, de ir al choque, no iba a tener chances.

-¿Cómo era su vida en Bahrein?
-Allá se entrena siempre en la tarde y en la noche, por el calor. Los meses de julio, agosto y septiembre son desesperantes por el calor, es muchísimo. Entrenábamos por ejemplo a las seis y media y salía con los zapatos de fútbol mojados por la transpiración. Me dieron una buena casa para vivir. El trato fue increíble y el nivel de vida es alto. Como no estaba casado, no me pude llevar a mi familia y habría sido distinto el tema allá. Ahora me casé y si me toca viajar de nuevo, lo haré con ellos.

-¿En qué se distraía?
-Se ve poca vida nocturna, aunque sí la hay. Pero el tema es un poco complejo, porque hay que indagar bastante para llegar a eso. Mi vida era súper disciplinada. Me levantaba en la mañana y tomaba un buen desayuno para estar bien. Me encerraba a jugar PlayStation, entrenaba y volvía a la casa. Así iban pasando los días, era difícil estar lejos de la familia.

-¿Cómo era su relación con los jugadores locales? ¿Había cierta cercanía o no?
-Ellos son súper abiertos a recibir extranjeros, porque están acostumbrados en la liga. Hice muy buenas amistades allá. Sin embargo, ahora me gustaría jugar en un equipo de Primera División de acá y vamos a ver qué pasa con eso. También tengo posibilidades de volver a Bahrein o por ahí cerca, Emiratos Árabes, Qatar, Arabia Saudita.