Qué pinta
En apenas cinco días Chile pasó de ser un equipo largo, lento, que había involucionado 20 años, que había perdido toda la agresividad y el ritmo del último entrenador, que necesitaba con urgencia el regreso de Jorge Valdivia… a ser una máquina goleadora, la mejor cara del campeón de América, una sinfonía de fútbol que asombra al mundo, la síntesis del balompié contemporáneo.
Por supuesto que la verdad no está en ninguno de los extremos. Si analizamos los esquemas de juego, la selección de Juan Antonio Pizzi se paró de manera calcada en la derrota 2-1 con Argentina y en la goleada 7-0 sobre México ¿Qué cambió entonces? Para empezar el rival, Martino supo cómo explotar el espacio que se generaba entre Aránguiz e Isla y por ahí se metió Di María, a la larga el factor desequilibrante. Osorio nunca le encontró la vuelta mal ayudado por un grupo de jugadores y, esto es histórico en México, que se les incinera la cabeza cada vez que deben jugar por su selección en partidos decisivos (como dijo acertadamente un relator azteca: “Esto no es la Copa de Oro”).
Pero, tan importante como el rival, cambiaron los rendimientos individuales chilenos. Alexis Sánchez, por ejemplo, debutó con síntomas de desgaste y exceso de fútbol. Tenía poca chispa. Pizzi, a contramano de todas las críticas que lo tildaron de “blando y darle mucho descanso a los jugadores”, fue graduando al hombre del Arsenal, trabajando de manera paulatina su recuperación. Lo mismo con Vidal, las cargas de una campaña extenuante en Alemania se fue sacando de a poco, sin apurarlo, para que en los partidos decisivos emergiera lo mejor de su producción. Esto se puede aplicar también a Gary Medel. El trabajo de recuperación ha sido notable.
Lo mejor del triunfo ante México y el paso a semifinales, es que Pizzi al fin puede trabajar sin la sombra de Sampaoli y los lloriqueos por Valdivia en cada esquina. Su visión del fútbol se plasma sin deberle nada a nadie, sin obligaciones ni cargas del pasado. Esa es la primera parte, la segunda es más complicada y tal vez más dolorosa: enriquecer este equipo con nuevos jugadores. Está complicado, no se ve un Vidal, un Alexis, un Charles, ni siquiera un Edu a corto plazo.