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Argentina 0 - Chile 0

Dime qué se siente: ¡Chile campeón de América! (otra vez)

La Roja igualó sin goles con Argentina y se impuso en la definición por penales 4-2. Chile revalida el título continental
Unión Española - Colo Colo en vivo online: Torneo Nacional 2018

Dime qué se siente: ¡Chile campeón de América! (otra vez)
AFP

El filósofo chino Lao Tsé dijo hace miles de años que la historia es cíclica y la graficaba con un espiral: ocurría lo mismo, pero en distintos períodos. Después de 359 días y tal como ocurrió en el Estadio Nacional, Chile igualó con Argentina sin goles y se impuso en la definición por penales sobre la Argentina de Lionel Messi. Y revalidó el título de campeón de América en el Metlife Stadium de New Jersey, el lugar donde los Giants de Nueva York han protagonizado muchas hazañas, pero ninguna como la de la Roja.

La Roja se repuso de la expulsión de Marcelo Díaz a los 27 minutos y de estar casi 20 minutos con un jugador menos. A que Arturo Vidal perdiera el primer penal de la definición. A que muchas de sus figuras terminaran exhaustas y lastimadas por el juego rudo del rival. Y a un arbitraje lamentable. Con todo eso en contra, Chile nuevamente pudo gritar campeón. Y agranda la proeza.

El gran protagonista del primer tiempo fue Heber Lopes, quien hasta el domingo por la mañana era un tipo sobrio y sencillo y que para la final se inspiró en su compatriota Romualdo Arphi Filho. Con la destreza de una vedette, el brasileño quiso ser el florerito de la mesa de la final. Le mostró la segunda amarilla a Marcelo Díaz, cuando Carepato le cerró el paso a la estrella argentina. No merecía la amonestación.

Luego, reconvención ampulosa y amarillas para Arturo Vidal y Javier Mascherano por un incidente menor. Más tarde, un largo e innecesario palabreo de árbitro canchero con Messi para mostrarle amarilla por simular una falta penal. Y a los 44' le puso roja directa a Marco Rojo por una fuerte entrada, pero que tocó la pelota, sobre Vidal. La famosa ley de las compensaciones, una que muchos creían ya derogada, se hacía presente una vez más en el concierto sudamericano.

El dramatismo corrió por cuenta de Gary Medel y Gonzalo Higuaín. Como escasas veces acontece, el Pitbull falló y Pipita se fue solo hacia el arco de Bravo. Y tal como en la final del Mundial contra Alemania y de la Copa América del año pasado, el goleador del Napoli, el hombre de la profecía autocumplida, falló en el mano a mano. En el afán por sacar la pelota, Medel chocó con el palo del arco y casi lo bota. Como era de esperar, el del Inter se paró, pese a que ese golpe tumbaba a cualquiera.

La salida de Rojo le dio aire al equipo de Pizzi, que mantuvo a sus tres delanteros en el campo y no apostó porque ingresara Francisco Silva en lugar de uno de los atacantes. Esto dio frutos en el segundo tiempo, donde Chile tomó la pelota y comenzó a controlarla. Tanto que Martino envió a la cancha a Kranevitter en lugar de di María.

En los 15 minutos finales y después de media hora sin generar ocasiones de gol, Argentina mandó a la cancha al Kun Agüero en lugar del atormentado Higuaín. Pero las ocasiones más claras fueron de Chile. Eduardo Vargas probó con poco ángulo a los 79' y contuvo Romero. Y en el minuto final, Alexis no conectó el centro rasante de Jean Beausejour desde una posición inmejorable. Y así se fueron al alargue.

Argentina afrontó el tiempo extra con una rudeza desmedida, que tuvo su máxima expresión en el planchazo criminal que Funes Mori le dio a Isla. El amedrentamiento no dio resultado, porque Chile se aproximó al arco de Romero y estuvo a punto de anotar con un cabezazo de Vargas

En la jugada siguiente, Bravo tuvo la mejor atajada del campeonato al sacarle un cabezazo de emboquillada que se metía en el ángulo de la portería al Kun Agüero. Fue una tapada monumental del guardameta del FC Barcelona.

La cuenta terminó igualada en cero y, al igual que 359 días antes, Chile y Argentina debían definir el título de la Copa América desde el punto penal.

Como está dicho, Vidal falló el primero. Y luego Messi la envió a las nubes. Anotaron Castillo, Mascherano, Aránguiz, Agüero, Beausejour y Biglia. Bravo le atajó el quinto lanzamiento a Biglia y le tocaba definir al Gato Silva. El quillotano envió para el otro lado al portero Romero, un Messi destruido no podía contener las lágrimas y Chile entero celebrando fue la imagen final.

Como dijo Lao Tsé, la historia es cíclica.