La primera gran revolución en la Roja la lideró Luis Tirado
Antes de "la generación dorada" e incluso de la labor de Fernando Riera, el chileno, quien dirigió entre 1945 y 1956, también propició un cambio de paradigma.
Chile obtuvo en forma brillante el Bicampeonato de América, en Estados Unidos. Todo comenzó con el cambio estructural que generó Marcelo Bielsa, tras su llegada en 2007. Gigantesca transformación que Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi llevaron a la cúspide con los títulos continentales logrados, en 2015 y 2016.
Sin embargo, antes de todo esto, en la lejana primera mitad del siglo pasado, hubo también una revolución en la Selección. El paso de los años y el suceso trascendente que significó el tercer lugar en el Mundial de 1962, con la gran labor de institucionalización de Fernando Riera, provocaron que el trabajo del chileno Luis Tirado pasara inexcusablemente al olvido.
Copiapino, ex futbolista y profesor de Educación Física, Tirado se hizo cargo de la Roja en 1946, luego de proclamarse campeón con Universidad de Chile y Colo Colo durante el primer lustro de aquella década. El DT estuvo a cargo de la Selección en cuatro ciclos, hasta 1956, y los números son categóricos: en su etapa al mando de la escuadra nacional, el rendimiento del equipo se duplicó.
Con Tirado en la banca, Chile disputó en total 64 partidos. El equipo consiguió 26 victorias, 6 empates y 32 derrotas. En total, un 43,75 por ciento de rendimiento.
A la luz de las cifras actuales de la Roja, los números parecen escuálidos. Sin embargo, el parámetro de análisis para la labor de Tirado es distinto al de la actualidad. Su faena debe ser auscultada en relación a lo realizado por Chile desde su debut en las justas internacionales hasta el inicio de la conducción del DT, el 16 de enero de 1946, con una caída ante Uruguay por 1-0.
Entre 1910 y 1945, la Selección jugó 67 partidos. Solamente ganó 15 duelos, igualó 9 y cayó derrotada en 43 oportunidades. El nivel de desempeño en esos 35 años solo alcanzó el 28,87 por ciento de rendimiento.
El trabajo de Tirado significó una gran paso evolutivo en la Selección. Bajo su mando, Chile consiguió los subcampeonatos de Copa América de 1955, en Santiago, y de 1956, en Montevideo. En este último torneo además la Roja derrotó por primera vez en su historia a la selección de Brasil (4-1).
Precursor de la marcación individual, receptivo a las revoluciones tácticas desarrolladas en la época por Francisco Platko y Alejandro Scopelli y preocupado además de la preparación física de los jugadores, Tirado marcó toda una época en su paso por la banca de Chile.
Dirigió a la Roja por última vez el 17 de marzo de 1956. Fue una derrota por 2-1 ante México, en Norteamérica. Lo reemplazó el argentino José Salerno, quien en su primer desafío posteriormente se impuso con la Selección por 3-0 ante Checoslovaquia.
La prensa de la época calificó la victoria como "El triunfo más grande la historia". En la epopeya de entonces sin duda tuvo mucho que ver el legado de una década dejado por Luis Tirado.