Cavendish logra su 29ª victoria y solo tiene delante a Merckx
El británico logró al sprint su 3ª victoria en este Tour y la 29ª en la historia, por lo que desempata con Hinault como segundo mejor de siempre.
Hay una verdad absoluta que nadie discute en el ciclismo: Eddy Merckx es el mejor de la historia. Entre sus múltiples plusmarcas lidera el ránking de etapas ganadas en el Tour: 34. Desde ayer, Cavendish está un poco más cerca. El británico logró su tercera victoria en esta edición y la 29ª en su palmarés, por lo que rompe el desempate con Hinault y se coloca a cinco del Caníbal. Su condición de velocista resta romanticismo a su registro. Pero ha habido muchos sprinters en el Tour y ninguno ha llegado hasta ahí. Hay que darle también ese valor.
Cavendish tuvo una progresión estratosférica en sus inicios: 4 etapas en 2008, 6 en 2009, 5 en 2010, 5 en 2011, 3 en 2012… De haber continuado la racha, el récord ya hubiera caído, pero se desinfló: 2 en 2013, ninguna en 2014 por abandono, 1 en 2015… Y cuando ya todo apuntaba a que iba a convertirse en un veterano laureado, cuando otro velocista como Kittel parecía ocupar su trono, ha vuelto a resurgir tras su fichaje por el Dimension Data: tres triunfos en 2016, dos de ellos por delante del propio Kittel. El viejo rockero sigue vivo.
Más allá del sprint y de la clásica fuga, protagonizada esta vez por el japonés Arashiro y el checo Barta, la jornada amaneció con las llamas avivadas en el seno del Tinkoff. Contador confirmó que Kreuziger había ignorado la orden de esperarle cuando se descolgó el día anterior. El checo puso la excusa de que no oyó la radio. Como si cuidar de un líder dependiera solo del oído. Basta con rodar junto al jefe para conocer sus necesidades. Hay otras explicaciones en el ambiente. El Tinkoff desaparece al final del año y sus ciclistas tienen que buscarse un nuevo contrato en un mercado que no anda muy generoso. Contador, a propósito, ya parece tenerlo cerrado con el Trek.
Este viernes llegan los Pirineos. Serán tres etapas que deberían aclarar la turbidez del equipo ruso. Al fin se sabrá si Contador está en disposición de luchar por la general. Al fin se sabrá si el Tinkoff apoya a su jefe de filas o está jugando a otras cartas. Y al fin se sabrá también si Kreuziger es leal o va a lo suyo. No es una historia nueva. Desde que el ciclismo es ciclismo, los gregarios arropan a sus jefes o se rebelan contra ellos. Al término de la etapa, Contador dijo que el malentendido estaba resuelto. Queremos pruebas.
Las desventuras del Tinkoff han eclipsado el trayecto de otros favoritos y de otros españoles. Con el Aspin esperando hoy al pelotón a siete kilómetros de la meta, conviene hacer repaso. En una clasificación imaginada, si eliminamos a Van Avermaet y Alaphilippe, que en teoría no estarían para estas lides, el maillot amarillo virtual sería Valverde con un segundo sobre Purito. No hay que descartar que uno de los dos vistiera la prenda este viernes o el sábado.
Valverde insiste en que ha venido al Tour a trabajar para Nairo Quintana. Habrá que creerle, pero no le amargará el dulce. Su líder está empatado con Chris Froome. Una situación ideal para un escalador. Pero nadie olvida que el africano logró sus dos victorias en el Tour con un golpe rotundo en la primera gran llegada en alto, ambas en los Pirineos: Ax 3 Domaines en 2013 y La Piedra de San Martín en 2015. Ahí queda el dato. Arcalís asoma imperial el domingo. Kreuziger se encuentra a 11 segundos de ambos, por cierto. Veremos dónde acaba.