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RANKING NBA

Los 10 mejores movimientos de la historia de la NBA

Del sky hook de Kareem al fadeaway de Michael Jordan o el chase down block de LeBron: los mejores movimientos con copyright de la NBA.

Los 10 mejores movimientos de la historia de la NBA

La idea viene de la retirada de Tim Duncan y del recuerdo de su maravilloso lanzamiento a tablero, un movimiento refinado hasta lo infalible y aparentemente sencillo, como muchas de las cosas que hacía Timmy en pista, pero indefendible desde sus siete pies. Es sin duda uno de los movimientos con copyright, los mejores signature movements de la historia  de la NBA, y de los que he elegido un top 10 personal. Como siempre con estas listas, son todos los que están pero no están todos los que son. Este es un ranking que excluye jugadas puntuales y con nombre propio, aunque algunas forman parte del libro de estilo de los jugadores que aparecen, y se queda con las que algunos de estos gigantes de la historia perfeccionaron hasta hacer suyas y, por encima de todo, absolutamente demoledoras.

10. El spin move de Dwyane Wade

Este sitio era para el euro step de Manu Ginóbili. El escolta argentino no es europeo pero llegó a la NBA desde Italia. No fue el primero en introducir el euro step pero sí lo popularizó, abrió debates sobre qué son y qué no son pasos y se convirtió en un jugador casi imparable en penetración rompiendo hacia la zona con un cambio rápido de dirección en el segundo paso y una capacidad instintiva para proteger la bola y crearse el espacio suficiente para acabar la jugada. Este sitio era suyo pero ha acabado siendo para otro maestro de artes similares, un Dwyane Wade que además añadió un reverso, el spin move, absolutamente imparable, en su ascenso hacia lo que ya es: el tercer mejor escolta de la historia tras Michael Jordan y Kobe Bryant. Solo hay que recordar sus Finales en 2006 o su temporada 2008-09.

9. El crossover de Allen Iverson

Uno de los grandes talentos de la historia y un jugador capaz de anotar a su antojo desde su 1,83. Su fragilidad física escondía un asesino en serie sobre la pista y una elasticidad casi superdotada. La perfección que alcanzó su dribbling en crossover tenía que ver con un perfecto control de su cuerpo, un cambio de ritmo endiablado y un final de repente ralentizado, casi un golpe de gracia dulce. Así fue MVP, cuatro veces máximo anotador de la liga y once all star. Mi tentación, eso sí, era darle el voto del crossover a otro base maravilloso: Tim Hardaway, mucho más eléctrico pero igualmente estético, con la mano del defensor siempre un palmo alejada de la pelota. Su UPTEP 2-Step (un guiño a sus años universitarios con los Miners) está en las antologías de la depredación ofensiva en la NBA. Pura poesía para (también 1,83) otro pequeño genio.

8. El chase down block de LeBron James

Recuperar tras una pérdida o un fallo de su equipo en ataque, cruzar la pista con agilidad felina y llegar a tiempo, y generalmente muy arriba, para poner un tapón que acabe con lo que sería de otra manera un contragolpe sencillo del rival. No hay que explicar demasiado porque el tapón de LeBron a Iguodala en el séptimo partido de la Final quedó como la jugada que decidió un anillo. Pero el alero lleva haciéndolo toda su carrera, aprovechando su sobrehumana capacidad para mover sus más de 110 kilos. El rival lanzado y casi en la zona, LeBron todavía cruzando el medio campo… y finalmente un tapón estruendoso, muchas veces de forma casi inexplicable. Ahora mismo y después de lo que pasó ante los Warriors, si había que incluir una jugada defensiva tenía que ser esta.

7. El one legged fadeaway de Dirk Nowitzki

¿Cuántas veces has visto a Dirk Nowitzki meter exactamente la misma canasta? Lleva más de 29.000 puntos en la NBA, sexto máximo anotador de la historia, y da la sensación de que al menos la mitad han sido así (aunque luego uno se acuerda de los triples frontales y…). Desde sus 2,13, Nowizki perfeccionó un reverso en fade away con un impulso final sobre un pie que lo convertía en definitivamente inalcanzable para cualquier defensor: los interiores muy lentos, los aleros muy pequeños. Eso valió el anillo de 2011 y es la fotografía fija que quedará de una carrera legendaria.

6. El bank shot de Tim Duncan

El viejo tiro a tablero que otra vez está casi abandonado y que Tim Duncan convirtió en el sello de su estilo: ultra eficiente, perfectamente basado en una técnica depurada (The Big Fundamental le apodó Shaquille) y de apariencia sencilla. Ni demasiado rápido, ni demasiado explosivo: Duncan ganaba espacio con una finta sencilla, se cuadraba y sacaba el tiro desde muy arriba y mucho más rápido de lo que parecía. Y así llegaba una canasta. Y otra, y otra y otra…

5. El Black Tornado de Shaquille O’Neal

No ha habido muchos jugadores más difíciles de defender. Recuerdo que charlando con Steve Smith, el brillante exjugador decía que Michael Jordan era el mejor pero que de una manera u otra podías organizar un plan defensivo... aunque luego no funcionara demasiado. Pero que contra Shaquille ni siquiera había forma teórica de plantear los partidos. Una mole gigantesca que se movía a velocidad de vértigo y arrasaba todo a su paso, pivotaba y giraba muy rápido y con una técnica que algunos tardaban en ver porque les cegaba su descomunal superioridad física. Su arsenal de recursos cerca del aro era una garantía de canasta segura. Con un defensor, dos, tres… daba igual: de la maraña siempre emergía el tornado negro.

4. El no look pass de Magic Johnson

Podría haber estado aquí el baby hook que aprendió de Kareem y con el que congeló el Boston Garden o esos pases milimétricos y supersónicos que cruzaban la pista entre un bosque de brazos y encontraban a James Worthy solo y lanzado. Da igual, el repertorio de Magic Johnson transformó el baloncesto, personificó un ataque legendario y tuvo durante una década a las defensas de la NBA pensando qué hacer contra él, que siempre pensaba más rápido. Y como cumbre, su no look pass, los pases sin mirar hacia compañeros que siempre aparecían liberados, de alguna manera: cuestión de magia.

3. El dream shake de Hakeem Olajuwon

Fue tan bueno que nadie reprocha a los Rockets que le eligieran por delante de Michael Jordan en el draft de 1984. Durante el amago de retirada de Jordan gobernó la NBA (campeón en 1994 y 1995) a base de poner a bailar a defensores como David Robinson y Patrick Ewing. Un endiablado juego de pies que le hacía imparable en la zona. También tiraba por fuera, pasaba, botaba, defendía por toda la pista… Hakeem era extraordinario, no solo uno de los mejores pívots de la historia: también el favorito para mucha gente.

2. El fadeaway de Michael Jordan

De Jordan se podrían poner muchos movimientos. Cerca y lejos del aro, de cara y de espaldas… y un millón de jugadas que tienen nombre propio por una buena razón (The Move, The Shot…). Pero nada como ese martilló pilón que era su fadeaway, ganando espacio al defensa en el aire y con una cadencia de lanzamiento perfecta. Una precisión casi sobrehumana que luego Kobe Bryant calcó. El de los Lakers le llevó aún más lejos en dificultad técnica pero no alcanzó el grado de efectividad de su alteza de las alturas.

1. El sky hook de Kareem Abdul-Jabbar

El movimiento del máximo anotador de la historia de la NBA, el que le permitió ser MVP de dos Finales con catorce años de diferencia (1971, 1985). Desde sus 2,18, Kareem se elevaba majestuoso en un gancho infinito, que parece seguir allí, suspendido en el viejo Forum de Los Angeles. Demoledor desde sus años en UCLA, fue incluso la razón de que la NCAA prohibiera durante unos años los mates. Buscaban formas de frenarle, pero no podían: quedaban el sky hoop, siempre quedará: el movimiento literalmente imposible de defender. Nadie llegaba al tapón. Nadie, ni tan alto ni tan lejos.