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Gracias a todos

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Podrían ser gracias totales también, como dijo Cerati, da lo mismo. Lo claro es que hay que agradecer a todos quienes aportaron voluntaria e involuntariamente a que fuéramos testigos de una proeza el fin de semana en Iquique.

Muchas gracias...

Al equipo chileno por jamás dejar de luchar, por estar dispuestos a jugar en un pantano so riesgo de lesionarse y perjudicar sus carreras profesionales, a venir pese a no saber cuándo les pagarían los pasajes, por apañar a la dirigencia en el discurso de que la cancha estaba mala debido a la tormenta de arena y así convencer al árbitro de que pospusiera la serie y a tener cara de palo y no sonrojarse ante un hecho lamentable: ser local y no tener cancha digna.

A Nicolás Massú, quien pese a que estaba muy caldeado con todo, siguió al frente y fue capaz de transmitirle con eficiencia a sus dirigidos eso que a él le sobraba: coraje.

A Marcelo Ríos, porque por primera vez en su vida pudo aglutinar un equipo en torno a él, algo que jamás logró como tenista activo. Cuando jugaba la Copa Davis era él y tres más. Por eso resultaba reconfortante verlo regalando instrucciones y que Jarry y Podlipnik le preguntaran cada cierto rato qué hacer en el emotivo juego de dobles. Y, además, por ser honesto, decir sin gentilezas que la organización fue un desastre. Eso es de grande y ayuda a crecer.

A Cristian Garin y Julio Peralta, porque su renuncia dejó en claro que la dirigencia, aparte de no ser buena para supervisar la implementación de canchas de tenis, tampoco dispone de habilidades blandas a la hora de negociar.

A Carlos Niemes, el árbitro general, por evitar el máximo papelón de la historia del tenis chileno y estirar al máximo sus atribuciones y optar por intentar jugar a toda costa cuando lo más sencillo era suspender el asunto por falta de cancha.

Al ahora calvo Yogurt de Mora, simplemente por estar ahí desde siempre, ser un elemento aglutinador del equipo y ayudar a todos a remar para adelante, sin importar las condiciones. Exequiel Carvajal es muchísimo más que un talentoso encordador.

A esa cosa que parecía cancha en Huayquique, porque hará que la dirigencia de la FTCh replantee varias cosas de su proceder y de su discurso. Siempre proclaman ser "gente de tenis". Y sí, son ex jugadores todos, personas decentes, correctas y honestas, me consta. Pero si son gente de tenis, ¡no se les puede caer la cancha! La tormenta de arena fue un problema, pero no la real causa de la pista perversamente mala. Y para colmo, para tratar de arreglarla, tampoco pueden decir que "hubo Copas Davis que se jugaron en canchas peores". Impresentable.

A la dirigencia y proveedores de la FTCh, responsables de la mala cancha, pero que a la hora de los quiubos lograron transformar en tiempo récord arenas movedizas en una cancha de tenis. Sin duda que los procedimientos de las toneladas de sal y calentar la arcilla de madrugada con latones y sopletes pasarán con los años a ser estudiados en las escuelas de Geología de las universidades de nuestro país.

Y principalmente gracias a Santiago Giraldo, porque con su retiro intempestivo ayudó a olvidar todo el bochorno de la cancha y en la memoria colectiva quedará el recuerdo del chiquillo taimado que agarró sus cosas y se fue. Creo que Giraldo tenía razón en el qué y en el cómo, pero se equivocó en el cuándo. El mismo Ríos lo dijo: "Yo no habría jugado". Pero tenía que retirarse antes, no cuando estaba a punto de quedar dos sets abajo en el partido decisivo de la serie. Mal Giraldo. Arrebatado y egoísta.

Gracias a todos.