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Corría la primera semana de abril de 2002 y Chile visitaba a Canadá por Copa Davis en el Stampede Park de Calgary. Un cruce duro, pero en teoría con opción de triunfo para el equipo capitaneado entonces por Patricio Cornejo. Y más aún después de las notables actuaciones de Marcelo Ríos y Fernando González la semana anterior en el Masters 1000 de Miami donde el Chino había llegado a semifinales (se retiró ante Andre Agassi estando set iguales) y el Bombardero a tercera ronda luego de pasar la clasificación y ganarle a Carlos Moya y Pete Sampras (antes de perder con Marat Safin).

Pero la Copa Davis es un evento con particularidades únicas donde el ranking no siempre gravita y la cancha juega un rol preponderante. Aquella vez, Canadá instaló una pista de moqueta bajo techo, velocísima, casi injugable. Una cancha de hielo. ¿El resultado? Un 5 a 0 en contra tan doloroso como insospechado en las previsiones. No fue un baile porque tanto Ríos como González pudieron ganar los partidos del viernes y terminaron perdiendo estrechamente en el quinto set. La historia pudo ser distinta.

En septiembre próximo el equipo volverá a Canadá, país donde Nicolás Massú debutó en Copa Davis con 16 años, para luchar por un cupo en el Grupo Mundial de 2017. Y al igual que hace 14 años, los norteamericanos dispondrán una carpeta rapidísima bajo techo, esta vez en Halifax, Nueva Escocia. Un cruce durísimo. Pero no hay nada que alegar. Son las reglas del juego. Chile hizo lo mismo en 2008 cuando trajo la última serie a la arcilla del estadio Nacional.

En la futura sede del match, Canadá le ganó 3-2 a Colombia en 2014. Milos Raonic (7º), reciente finalista de Wimbledon, ganó sus dos singles y Vasek Pospisil (98º) aportó el tercer punto. Daniel Nestor (9º) y Vasek Pospisil (21º en dobles) perdieron en sets corridos ante Cabal – Farah, la misma dupla a la que Hans Podlipnik y Nicolás Jarry derrotaron en Iquique. Un dato para tener en cuenta.

Chile tiene que hacerse la idea de que va a jugar en una sede con condiciones extremas. No por el ambiente porque el canadiense, en general, es un público bastante correcto sino porque el contexto será muy adverso. Canadá buscará poner la cancha lo más rápida posible y escogerá unas pelotas que vuelen, livianas, al límite de lo permitido. Un paisaje ajeno, infrecuente y hasta inédito para los nuestros. Tenis sobre hielo. ¿Podemos ganar en esas condiciones? En el papel, es muy duro, pero en la Copa Davis no hay imposibles. Lo que sí, hay que llevar casco y chaleco antibalas.

Si Raonic, que alterna presencias y deserciones por Canadá, no juega, la chance se amplía considerablemente. Porque si bien Pospisil juega un kilo en singles y dobles y Nestor, pese a sus 43 años, está plenamente vigente en las duplas, la serie adquiere un carácter más normal. Frank Dancevic (232º) o Philip Bester (359º), como segundos singlistas, abren un flanco para sumar. Los locales incluso podrían incorporar a Denis Shapovalov (372º) quien acaba de coronarse campeón junior de Wimbledon.

Con todo, da gusto que Chile se halle inmerso en esta coyuntura. Si el equipo está en un repechaje al Grupo Mundial es porque se lo ganó después de un arduo trabajo de dos años y medio y seis confrontaciones consecutivas ganadas en serie. Tocó Canadá, ok, duro, muy duro. Pero hay que ir haciendo camino al andar y ganando experiencia en las grandes ligas. Es lo que necesita este equipo para crecer.

La tendencia indica que Raonic debiera jugar ante Chile como cada vez que Canadá está en zona de riesgo y su equipo lo requiere. La duda se abre en el evento de que en el US Open alcance una nueva final de Grand Slam y se reste por cansancio. Si juega, nuestra opción decrece, pero sería una notable experiencia para los tenistas chilenos enfrentar a un top ten.

Nico Massú tiene una difícil tarea por delante. Estudiar a los rivales –US Open de por medio– y hacer seguimiento a sus jugadores. La nominación no será sencilla para el doble campeón olímpico porque deberá tomar decisiones complejas. Es que salvo Nicolás Jarry y Julio Peralta, el resto del equipo juega preferentemente en arcilla. Ahí está el desafío.