Los exóticos deportes que estuvieron en los Juegos
Desde tirar la cuerda hasta matar pichones de paloma, fueron algunos deportes que, entre otras, también formaron parte de las disciplinas olímpicas.
Nunca los Juegos Olímpicos fueron iguales. En 120 años de desarrollo del evento ha ocurrido una gran cantidad de cambios, los que son producto de la evolución del deporte y también de la humanidad.
Tal transformación involucró asimismo a las distintas disciplinas. Desde que comenzaron a disputarse los Juegos, en Atenas 1896, la variación fue relevante. Al punto que hubo en algún momento deportes que, vistos con los ojos de hoy, resultan ser bastante estrambóticos.
Por ejemplo, tirar la cuerda. La especialidad deportiva se extendió en los Juegos Olímpicos entre 1900 y 1920, durante cinco ediciones del evento. Las estadísticas de entonces indicaban que generalmente se imponían los anfitriones en la obtención del oro.
Otro caso fue escalar la cuerda. Por varios años estuvo presente en los Juegos y fue una de las disciplinas en la inauguración de la era moderna en 1896. Para dirimir a los ganadores se consideraba la altura lograda, el tiempo empleado y el estilo utilizado por el deportista.
Hoy sería un escándalo, debido a la justificada y pertinente crítica de los defensores de los animales. Sin embargo, en algún momento existió en los Juegos Olímpicos el tiro al pichón. Consistió en dispararle a crías de paloma en pleno vuelo, y solo se incluyó en el evento de 1900. El ganador fue el belga Leon de Lunde quien mató a 21 pichones. En la siguiente edición, la prueba pasó a ser tiro al plato.
El caso de la natación con obstáculos es más o menos parecido en cuanto a su corta duración como disciplina deportiva. En los Juegos de 1900, los participantes tuvieron que, a nado, superar varias pruebas como por ejemplo desplazarse por debajo de barcos y, en el río Sena, subir a un poste tras recorrer 200 metros a través del agua. Ese año también hubo una carrera de natación subacuática, pero posteriormente no se volvió a disputar.
Sin embargo, la prueba más extraña fue sin duda la competencia de globos aeroestáticos. Ocurrió en los Juegos de 1900, en París. Cerca de una veintena de participantes circundaron el cielo de la capital francesa, pero la experiencia no se volvió a repetir en la edición siguiente.
A todas las disciplinas anteriores, se pueden unir el duelo con pistolas, malabarismo, salto de altura sin impulso, balonmano sobre hierba y salvamento, entre otras extrañas especialidades deportivas.