RÍO 2016

Bolt amplía su leyenda y suma su tercer oro en 100 metros

El jamaiquino ganó por terceros Juegos consecutivos los 100 metros, ampliando a siete medallas doradas su registro olímpico.

Jamaica's Usain Bolt (L) reacts after he crossed the finish line next to France's Jimmy Vicaut (C) and USA's Justin Gatlin to win the Men's 100m Final during the athletics event at the Rio 2016 Olympic Games at the Olympic Stadium in Rio de Janeiro on August 14, 2016.   / AFP PHOTO / OLIVIER MORIN
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Mario Brisso
Nació en Punta Arenas en 1981. Licenciado en Comunicación Social de la Universidad de la Frontera, en Temuco, Chile. En 2014 comenzó su carrera en el Diario AS, donde hoy en día es Director de la edición chilena. Presencia en eventos masivos, como Juegos Olímpicos de Río 2016, Panamericanos 2011, Copa América y torneos de tenis y Copa Davis.
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Bolt amplía su leyenda y suma su tercer oro en 100 metros
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Usain Bolt ingresó a la pista y el estadio Olímpico de Río se paralizó por completo. El silencio se apoderó de los más de 50 mil espectadores. Todos, mirando con concentración la pista. Oyeron el disparo y desataron la euforia. Sabían que estaban en una noche de historia. Mágica. Y el jamaiquino les dio en el gusto: ganó por terceros Juegos consecutivos los 100 metros.

Amplió su leyenda cuando todos los querían. Es que es único. Y así lo demuestra cada vez que puede, pese a la esquiva temporada que había tenido por lesiones. Ganó sin grandes complicaciones, con una marca de 9.81, su mejor de la temporada, y dejando atrás a Justin Gutlin, medalla de plata, y el canadiense Andre de Grasse.

Sus últimos Juegos Olímpicos, como lo anunció en la previa, quedarán grabados en el inconsciente colectivo y lo dejarán como uno de los más grandes de la historia del atletismo mundial. Así es el Relámpago. No deja de sorprender. Pero ahora con siete medallas doradas a su haber.

Los menos de 10 segundos que duró la carrera se multiplicaron con su celebración en la pista. Esa celebración en la que acostumbra a interactuar con el público. Pegándose en el pecho daba cuenta que su reinado olímpico se extendía por cuatro años más. Sin discusión.

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Fue abrazado por su compatriota Johan Blake. También por de Grasse. Todos los querían saludar. Sabían que estaban ante un fenómeno difícil de contrarrestar en la pista.

El resto del podio refleja una clara anécdota. Sabían que debían pelear por el segundo lugar, pues el primero tiene dueño desde Beijing 2008. Una leyenda que quedará grabada por siempre y que Rio fue testigo de su nueva hazaña deportiva.