Tercera medalla de oro para Simone Biles en la final de salto
La estadounidense sigue agrandando su leyenda en Río 2016. Esta tarde irá por otra presea dorada, en la prueba de viga.
La revolución está en marcha y no hay quien la pare. Simone Biles, con 19 años, cumplió el tercero de los cinco retos que se propuso al llegar a Río, donde va a ser la gran reina. Oro en el concurso por equipos, oro en el completo, el de salto que conquistó ayer con otra marca solo a la altura de las elegidas (15,966) y le quedan las finales de barra hoy y suelo mañana. Esta última colocada como traca final, para que pueda pasmar a Río otra vez con la pirueta que lleva su nombre.
A esas dos últimas citas llega con la mejor nota en la calificación, por lo que si no ocurre nada extraño, también reinará.
Biles ejecutó dos de los saltos de mayor dificultad con esa pasmosa facilidad de los inmortales: ‘Amanar’ y ‘Cheng’. Le salieron, cómo no, con un vuelo elevadísimo y con una recepción casi perfecta. Tan imperial que consiguió la mayor diferencia en una final por aparatos de la historia. La rusa Maria Paseka (15,253) se quedó a 0,7 puntos y la suiza Giulia Steingruber fue bronce (15,216).
La uzbeka Oksana Chusovitina, de 41 años, también intentó el ‘Produnova’, único salto de dificultad 7. No le salió como pretendía, pero el Arena lo agradeció con una ovación. Fue séptima con 14.833 y es historia de este deporte desde que compitiera en Barcelona 1992.
Biles, que podría ser su hija, ya ha ganado más oros que Nadia Comaneci en Montreal. La rumana con quien se la compara obtuvo tres (concurso individual, paralelas y barra, además de una plata y un bronce en conjuntos). Larisa Latynina se colgó cuatro oros en Melbourne 1956... Parece que a su marca le quedan horas.
En la final de barra de hoy (15:45), a Biles se la verá al lado de otra estadounidense que, además de la perfección técnica, une la gracia y la emoción que a veces parece faltarle a la de Ohio, Laurie Hernández, de 16 años y origen puertorriqueño. Otra que apunta alto.
Uchimura no pisó el podio
Kohei Uchimura, el genio japonés que gobierna la gimnasia mundial desde 2009 (seis títulos mundiales seguidos y oro en Londres 2012) llevó a su país al oro por equipos y revalidó en individual en un duelo inolvidable con el ucranio Vernaiev por una sola décima. Pero ayer se despidió ya de Río sin medalla. Fue oro el británico Max Whitlock (15.633) y le escoltaron entre la locura dos brasileños: Diego Hypolito y Arthur Mariano. El nipón fue séptimo (15.241).