Un exhausto Nadal busca su revancha en Cincinnati

Los adjetivos se han agotado para definir al mejor tenista de la historia de España, Rafael Nadal. Guerrero, luchador, titán, gigante... No existe calificativo que refleje el derroche que realizó el zurdo en los Juegos Olímpicos. Unos días antes de que arrancara la cita olímpica, el mallorquín dudaba si participar siquiera en el cuadro individual por el intenso dolor que sufría en su muñeca, que le tuvo fuera de las pistas durante dos meses. A pesar de ello se lanzó a la piscina y sacó del fondo un oro en dobles junto a Marc López... y se le escapó un bronce en el último momento ante Kei Nishikori. En total, una maratón de ocho días en los que el número cinco del mundo acumuló 22 horas y 43 minutos de juego real. Y eso que renunció a disputar el dobles mixto junto a Garbiñe Muguruza.

Agotado. Tras perder el duelo por el bronce ante Nishikori, Nadal cogió un vuelo que le llevó directamente a Cincinnati­, donde desde ayer se disputa el Masters 1.000. El de Manacor reconoce que llega “totalmente agotado física y mentalmente”, pero con la sensación de que su mejor tenis está volviendo en sí. Nadal intentará levantar el trofeo norteamericano por segunda vez en su carrera, tal y como hiciera en 2013 tras derrotar a John Isner.

El español debutará hoy contra el uruguayo Pablo Cuevas. Tras las renuncias de Federer, que continúa recuperándose de su lesión en la rodilla, y de Djokovic, que se lesionó en la muñeca en los Juegos, Nadal parte como tercer cabeza de serie. Del Potro, verdugo del serbio y del español y actual subcampeón olímpico, tampoco estará en la cita estadounidense. En cambio, el cuadro femenino sólo cuenta con la baja destacada de Venus Williams. Su hermana Serena, actual número uno mundial, buscará revalidar el trofeo conseguido el pasado año ante la rumana Halep.