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La farsa de Colo Colo

Colo Colo ha recibido cuatro goles en las tres fechas que se han jugado del Torneo de Apertura. Fue en la derrota por 2-1 ante Unión Española y en la caída por 2-0 contra Temuco el sábado pasado. Ambos duelos se jugaron en el Estadio Monumental y, en su única visita hasta el momento, se marchó con su arco invicto desde La Florida, tras derrotar por 2-0 a Audax Italiano.

Los inesperados traspiés en casa de los albos instalaron en la discusión futbolística una idea de suyo falsa. Se dice que Colo Colo arriesga mucho en defensa, jugando mano a mano, lo que es correcto, y que por esta razón recibió cuatro goles en contra, concluyendo con derrota los dos partidos. Esto último es inexacto.

Analicemos cada uno de los tantos que le han convertido al cuadro que dirige Pablo Guede. El primero fue un magistral tiro libre de César Pinares. El zurdo de Unión Española clavó la pelota en el ángulo derecho de Paulo Garcés. Es imposible que un equipo se encuentre descompensado en la ejecución de una falta de este tipo. Y así ocurrió en Colo Colo: los 11 jugadores estaban dentro del área para defender. Cero desequilibrio.  

Vamos entonces a la jugada que originó el tiro libre de Pinares. Fue una mano de Garcés, tras un despeje largo que no revestía mayor peligro, pues el único atacante hispano estaba controlado por Matías Zaldivia. El arquero del Cacique es medio acelerado en su accionar y, en esta jugada, se apuró en salir, se encontró de golpe con la pelota fuera del área y la embolsó, creyendo que no era falta. En esto sin duda nada tiene que ver el desequilibrio defensivo de los albos.

La segunda cifra de Unión Española la anotó Pablo Galdames. Fue un tiro a media altura, entrando por la derecha y apenas pasado el borde superior del área penal. El volante rojo se apuró en disparar, porque lo cruzaba Zaldivia, y ya no tenía otra opción. Por lo mismo, el remate salió sin mucha potencia y la pelota se le fue por entre las manos a Garcés. La jugada no fue producto del riesgo defensivo de Colo Colo, porque el equipo defendía con la cantidad adecuada de jugadores (4 vs 2).

El sábado pasado, Temuco abrió la cuenta luego de una jugada corta en un córner que los sureños optaron por jugar corto en vez de dejar caer el balón en el área. Con la defensa local completamente organizada para cumplir su labor, y a  pocos metros de Justo Villar, Cristián Canio desbordó y envió el balón al segundo palo para la anotación de Matías Donoso. Se trató de un error de correcta ubicación de las piezas defensivas y no una falencia de compensación en la última línea. Gonzalo Fierro, el lateral derecho, no estaba donde debía estar y costó un gol.

Después, en el otro gol temuquense, la maniobra fue bastante parecida por la concepción de la jugada: centro desde la derecha y gol de cabeza a la altura del segundo palo. Otra vez con la defensa colocolina completamente configurada de frente al balón, José Huentelaf dejó caer la pelota al área, luego de una circulación tranversal en tres cuartos de cancha. Cris Martínez marcó con un frentazo. Estaban todas las unidades defensivas albas correctamente dispuestas, lo que garantizaba el equilibrio, pero la marca no fue la adecuada.  

En definitiva, lo de Colo Colo hasta ahora no ha sido un problema futbolístico vinculado con el principio de juego defensivo denominado Equilibrio (a groso modo, tener siempre un hombre más que los atacantes para defender). El problema radica en otro concepto, en la idea de Control. Como su nombre lo indica, consiste en tener controlados a los delanteros rivales (marcarlos) cuando el peligro sobre la portería propia es inminente. Tal como no aconteció en los dos goles que le metió Temuco en el Monumental.