Hernán "Clavito" Godoy
El miércoles pasado, el experimentado entrenador Hernán "Clavito" Godoy, de 75 años, recibió un homenaje de la Cámara de Diputados del Congreso, en Valparaíso. Fue el parlamentario Celso Morales, integrante de la Comisión de Deportes, quien impulsó la iniciativa.
El profe Clavito es un gran personaje del fútbol chileno. Sabíamos quién era y de su perfil obsesivo como DT, pero lo conocí personalmente en 1989. Asumió en Audax Italiano, a mediados de ese año en reemplazo de Francisco "Chamaco" Valdés. Era mi primera temporada en el fútbol profesional, alternando actuaciones en el primer equipo en la antigua Segunda División con los partidos de la juvenil del club. Estuvo hasta mediados del año siguiente y atesoro varias anécdotas que retratan al profe "Clavo" (en el ambiente del fútbol de entonces le decíamos "Clavo"; lo de "Clavito" era más periodístico que nada).
La primera es algo conocida y tiene como eje principal a Marcelo Zunino, mi ex compañero de zaga en Audax. "Zunino, sangre italiana, temerario, buen tackle deslizante, agresivo, fiero en la marca, gran cabezazo ofensivo y defensivo", decía sobre Marcelo en una de sus charlas diarias antes de un entrenamiento en La Florida. Y a Zunino se le hinchaba el pecho como nunca. Sin embargo, después lo hizo trizas: "Pero por favor no le pasen mucho la pelota, porque puta que es malo". La carcajada fue total y partimos a entrenar.
Entretiempo contra Trasandino en el desaparecido Estadio Ferroviario de Los Andes. Volvíamos al camarín y le ganábamos al equipo local. Antes del vestuario visitante había una apertura en el pasillo en que uno quedaba cara a cara con la gente. Pasé de los primeros y un grupo de hinchas nos empapeló a garabatos. Pero el profe "Clavo" que venía detrás de nosotros no aguantó. Se agarró a combos y patadas con el grupito. El hombre ya tenía sus años, pero fue al choque sin miramientos. Tuvimos que agarrarlo y meterlo al camarín para que diera la charla del descanso. "No acepto que ningún gil venga a insultarme", fue lo más suave que dijo.
En 1990, el profe "Clavo" pidió la contratación del paraguayo Hugo Rivas, quien en años anteriores se había cansado de "guapear" a los defensas rivales y meter goles en Segunda División. Pero en La Florida pasó lesionado y, si no me equivocó, parece que solo anotó un tanto en Audax. El delantero no andaba bien y Godoy un día le entregó la solución. "Paragua, tú soy casado, ¿cierto?", le preguntó a Rivas. "No hay hecho ni un gol, ¿por qué no le pegái una engañá a tu mujer? A lo mejor cambiando de montura se te abre el arco", propuso. Hugo Rivas no sabía si era un chiste o una recomendación en serio.
Por lo menos esta anécdota de su paso por el fútbol de centramérica la contó el profe "Clavo" un par de veces en ese tiempo en Audax. No recuerdo si lo que contaba sucedió cuando él jugó en El Salvador o en Guatemala. Enfrentaron al Santos de Pelé con el mismísimo astro brasileño en la cancha: "Pelé nos estaba pintando la cara. Fui por detrás y lo reventé con un tackle deslizante. Me expulsaron y todos los del Santos se me vinieron encima. Me les paré y empecé a tirales manotazos a todos nomás. Y en eso aparece Carlos Alberto (capitán del Scratch en México 1970). Me sacó para un lado y me dijo: Clavo, ándate mejor, mira que todos los cabros te quieren pegar". Aún nos reímos de esta gran historia con ex compañeros de la época.
En la última anécdota, soy yo que el que sale para atrás. En 2001 estaba en Unión Española y jugamos contra Audax, en Santa Laura. Era la quinta oportunidad en que el profe "Clavo" dirigía a los itálicos. Esto me lo contó mi amigo José Calderón, actual ayudante técnico de Jorge Pellicer. "Ortega es uno de los centrales de ellos. Es periodista también, estudió en la Universidad de Chile. Lo ayudé cuando empezó en el fútbol, yo le daba permiso para que fuera a clases", partió diciendo en el análisis que siempre hacía jugador por jugador. "Es agresivo, tiene buena marca y cabecea bien. Pero búsquenlo por abajo nomás. Está lento, si ya es viejo", agregó.
Un grande el profe "Clavo".