El fiable Wawrinka, ante un Djokovic con más oxígeno
El suizo ha ganado las diez últimas finales que ha disputado, pero llega a la del domingo (22:00) con el doble de tiempo en pista que el serbio.
Stanislas Wawrinka, el suizo que emergió de la sombra de Roger Federer para ganar dos Grand Slams, tiene a tiro otro 'grande' a sus 31 años, el US Open. Se presenta al partido decisivo del domingo (22:00, Eurosport) con el aval de fiabilidad que le da haber ganado todas las finales que ha disputado desde 2014, diez. Mas la empresa se antoja difícil porque tendrá enfrente a Novak Djokovic, el caníbal que va a por su 13ª 'grande', colocándose a uno de Rafa Nadal y Pete Sampras.
"Sé que puedo jugar mi mejor tenis en la final de un Grand Slam. Es donde quiero ser mejor jugador y siempre estoy preparado si me siento feliz. Y ahora lo estoy", anuncia 'Stan', número tres del mundo, que cuando acompaña su tenis de drive profundo y revés a una mano afilado como un escarpelo con tranquilidad mental alcanza la excelencia. Es el único hombre que ha conseguido golpear dos veces al 'Big Four' (Federer, Djokovic, Nadal y Murray) en finales de Grand Slam.
El suizo fue, además, capaz de derrotar al serbio en el camino a sus dos 'majors', en cuartos de Australia 2014 y en la final de Roland Garros 2015. En la semifinal frente a Kei Nishikori, al que remontó 4-6, 7-5, 6-4 y 6-2, supo sufrir: "Tengo muchos altibajos en los partidos y a veces debo luchar contra mí mismo. Dar la vuelta a la situación me hace más fuerte mentalmente".
Wawrinka llega, en teoría, con mucho menos mucho menos oxígeno que Djokovic, tras pasar 17h:54 en pista por las 8h:58 del actual campeón, que llegó a Nueva York con problemas en su muñeca izquierda. Sólo ha jugado tres partidos completos, pues Vesely se retiró antes de salir y Youzhny y Tsonga durante los encuentros.
En la semifinal, a Djokovic le costó gobernar un partido "extraño" ante un Gael Monfils indolente en algunas fases y al que en otras permitió que se volviera a meter en la pelea: 6-3, 6-2, 3-6 y 6-2. El francés se pidió una Coca-cola en pista, el de Belgrado se destrozó la camiseta cuando se le escapó el tercer set y pidió asistencia médica para sus dos hombros... Pero reinó en el caos.
"Wawrinka es un jugador de grandes partidos. Le encanta jugar en grandes escenarios contra grandes jugadores. Es cuando su tenis alcanza un mejor nivel", dice Djokovic que se presenta fresco de pulmones pero tocado de físico a la última batalla en la en la húmeda y calurosa caldera de Flushing Meadows.