Las Palmas sigue sorprendiendo y sigue en lo más alto
Un solitario gol de Momo en el 9' sirve al equipo de Quique Setién para lograr su tercera victoria en cuatro jornadas. El Málaga, con dos puntos, sigue sin ganar.
Las Palmas y Málaga ofrecieron un espectáculo mayúsculo en el Estadio de Gran Canaria. Un choque en el que el tempranero gol de Momo desde el punto de penalti decidió el enfrentamiento y mantiene al equipo en lo más alto de la tabla. Tercera victoria en cuatro jornadas para los de Setién que, además, ahondan en la herida que tiene el Málaga. Los de Juande Ramos pudieron merecer mejor suerte, pero siguen con el casillero de victorias a cero.
Ambos conjuntos saltaron al césped con la clara intención de llevarse una victoria que cerrara la herida de la última derrota. Pero cinco minutos bastaron para que los amarillos se hicieran claros dominadores del encuentro. Tana tomó el control del balón en ataque y, tras un par de acercamientos al área de Kameni, Recio llegó tarde y cometió penalti sobre Momo en un malogrado intento de despejar la pelota. El zurdo engañó a Kameni e hizo el 1-0.
El Málaga no se descompuso y dio un paso adelante. O dos. Jony no encontró luz en la primera clara que tuvo el conjunto boquerón, que obligó a replegarse a los amarillos. El partido subía en intensidad. Juanpi se creció en el medio y la maquinaria malaguista comenzó a funcionar: recuperaciones y pases precisos a Charles. El equipo de Juande Ramos equilibró las fuerzas, pero no encontraba la claridad necesaria para batir a Varas. Los hombres más creativos tropezaban con el muro amarillo, que en ocasiones acumulaba hasta todos sus efectivos. A la media hora, la única diferencia en el partido era el gol. La asfixiante presión del Málaga hacía que rondara el empate. Casi al cierre del primer acto, Las Palmas se estiró y contemporizó el choque hasta el pitido.
Tras coger aire, retomaron el partido donde lo habían dejado un rato antes: Las Palmas, buscando el control de la pelota; y el Málaga, atosigango la salida de balón rival. Como un acordeón, el balón se movía de un área a otra con el serio aviso de entrar. El Málaga merodeaba la portería con el recién incorporado En Nasyri y Las Palmas lo hacía con su artillería: Araujo y Boateng. Todas las cartas de cara sobre el tapete para lograr la necesaria victoria. Ninguno de los dos se guardó la ropa.
A falta de 10 minutos, Charles tuvo la más clara del partido. Tras unos rebotes, el delantero remató a bocajarro pero la mandó al tercer anfiteatro. El Málaga lo tenía cerca, pero no encontraba lucidez en los metros de la verdad. Los de Setién, a la contra, buscaba cerrar el partido. Ni unos ni otros moverían el marcador.