El Athletic le quita al invicto al Sevilla de Sampaoli en España
Balenziaga marcó su primer gol como león en 170 partidos y allanó un triunfo que redondeó Sirigu con su agresión a Aduriz, roja y penal.
El Athletic sigue lanzado en resultados y durmió tercero anoche. Cuatro victorias seguidas, la séptima consecutiva en Bilbao ante el Sevilla en Liga, le catapultan a la zona alta de la tabla. No hubo adornos en San Mamés más allá del autopase y gran definición de Balenziaga en el 2-1, el primer gol de un león que lleva 170 partidos dejándose la piel.
No hubo más que ver con qué algarabía lo celebraron sus compañeros: le quieren con locura por su entrega y predisposición diaria al atrabajo. Al Athletic le valió con eso, con andar más listo en la anticipación, para derrotar a un Sevilla caótico, que ya venía mereciendo perder en la Liga, pero que hasta ahora no lo había hecho. Hoy se acabó el invicto de Sampaoli.
El equipo de Sampaoli fue una vulgaridad tremenda. Jugó al trote, sin agresividad ni talento. Sólo cuando cogían la pelota Nasri y Sarabia daban la sensación de poder inquietar a Arrizabalaga. Así llegó su único gol, en su primer disparo a puerta, casi de puntillas. No es que el Athletic fuese mucho mejor, pero sí parecía irle más la vida.
La primera mitad fue un bodrio en todo regla, aunque pareció importar bien poco a ambos entrenadores. Mientras el Athletic trataba de limitar las llegadas hacia Arrizabalaga con acierto, el Sevilla, con media docena de suplentes incluido el meta Sirigu, parecía un abuelo en un parque con su nieta esperando a que diesen las dos para comer unas rabas. Nasri alucinaba. Si en el City parecía sin ritmo, ayer debió pensar que jugaba una pachanga de futbito.
Todo quedaba a expensas de un balón parado. El Athletic cazó pieza en un córner en corto hacia De Marcos, que mandó un centro-chut por abajo hacia el segundo palo que fue rebañado por San José con ese alma de delantero centro que tiene.
No pasó mucho más hasta el descanso. Únicamente la petición de penalti por mano de Iborra a disparo de Beñat. En el otro área, Kepa comía pipas. Debe alucinar: cuatro partidos, cuatro triunfos.
Sentencia. El Sevilla puso el 1-1 cuando menos se esperaba. Entre cambio y cambio infructuoso de los visitantes, llegó el premio de Balenziaga por moder arriba. Definió con mucha clase. Sarabia probó a Arrizabalaga y Sirigu disparó al pecho de sus compañeros al ganarse la roja en el 88’, con con un absurdo penalti y roja por codazo a Aduriz. Al delantero sólo le quedaba lanzarlo a un costado para que no le diese tiempo a tirarse a Iborra, improvisado meta. Surrealista.