No sólo con Cristiano: los otros golpes de autoridad de Zidane
El francés demostró su personalidad al sustituir al portugués en el 72’, pero desde que llegó al banquillo del Madrid tomó varias decisiones complicadas…
Fue la imagen del encuentro entre Las Palmas y Real Madrid. En el minuto 72, con 1-2 en el marcador, Zidane decidió sustituir a Cristiano Ronaldo por Lucas Vázquez. Es la segunda vez en esta temporada que el técnico saca del campo al portugués antes de acabar el partido. La primera fue ante Osasuna. Aquel día reaparecía después de estar parado 60 días por la lesión en la rodilla que sufrió en la final de la Eurocopa y jugó 66 minutos, tiempo ‘acordado’ con él (se fue con 5-1 y tras haber hecho un gol; el partido acabó 5-2).
Pero lo que sucedió este sábado fue distinto. Cristiano, muy lejos de su versión física poderosa, no apareció en el encuentro. Participó en la jugada del segundo gol del Madrid, pero sigue sin ser él. Después de seguir el plan que los médicos diseñaron para su recuperación, está en una especie de pretemporada. Así que, con ventaja en el marcador, Zidane optó por cambiarle y disponer sobre el campo un 4-4-2 después de jugar algunos minutos con un 4-2-4 tras el meter a Benzema por Asensio. Y eso no gustó al crack, que encajó mal la sustitución. Torció el gesto, masculló y ya en la banda le chocó la mano a su entrenador sin mirarle.
En el banquillo, los gestos de enfado eran evidentes (tiró el esparadrapo de su muñeca al suelo). No es habitual ver a Cristiano siendo sustituido a 20 minutos de acabar un encuentro. Después del empate de Las Palmas, el rostro del ‘7’ en el banquillo era un poema. Ya en la sala de prensa, Zidane volvió a demostrar temple, elogió a su estrella y explicó el cambio: “Se quiere quedar siempre en el campo, pero tenemos un partido de Champions. Tengo que pensar en mis jugadores y pienso en particular en Cristiano. Tiene que descansar de vez en cuando”. Es el último golpe de autoridad de Zizou, que desde que ascendió al banquillo del Real Madrid ha ido dando muestras de su personalidad con varias decisiones controvertidas…
Zidane ha huido del servilismo presidencial y ha tomado, con arrojo, decisiones complicadas. Una de ellas fue la de ‘sacrificar’ a James, ojito derecho de Florentino por el que pagó 80 millones de euros al Mónaco, en busca del equilibrio del equilibrio. Ese equilibrio lo encontró con el pujante Casemiro. Curiosamente, Benítez también señaló a James (e Isco) en favor del brasileño y eso no gustó a Florentino, pero en el día clave, ante el Barça en el Bernabéu, se traicionó quitando del once al brasileño y haciendo una concesión al palco metiendo a Danilo, James, un Benzema que estaba en horas bajas…: el resultado fue 0-4 y gritos de “Florentino, dimisión”, algo que le dejó tocado.
Sin embargo, Zidane no ha cedido a presiones y una vez que encontró su once tipo tras caer ante el Atlético 0-1, con Casemiro en el dique, no le pesó el precio del colombiano. Desde entonces, el brasileño ha sido un fijo en el medio campo junto a Kroos y Modric (James no jugó ni un minuto en el Camp Nou, ni en el vital encuentro de vuelta de Champions ante el Wolfsburgo, ni en el Camp Nou…)…. Con Casemiro empezó una racha de 16 victorias seguidas en Liga que se rompió ante el Villarreal, curiosamente cuando el mediocentro se ausentó por lesión…
Zidane lo recalcó en junio: “Isco no se irá del Madrid, es jugador nuestro”. El club no quería vender a James y puso al malagueño en el mercado, pero el técnico contaba con él y así lo dejó claro en la zona noble. El Tottenham presionó hasta el último día del mercado, pero al final se hizo lo que deseaban el francés y el jugador e Isco se quedó en la plantilla.
Zizou también fue el que hizo fuerza para que el Madrid no escuchara ninguna oferta de cesión por Marco Asensio. Consideraba que ya estaba preparado para ser importante con la camiseta madridista y volvió a ser escuchado. “Si se queda sabe lo que tendrá”, declaró Zidane antes de cerrarse el mercado. Pues por el momento, Asensio ha orillado a Isco y James y es uno de los que más minutos acumula: 458. Ha sido titular en cinco de los seis encuentros de la temporada que ha jugado. Y está respondiendo a esa confianza depositada en él con un buen rendimiento: tres goles y una asistencia.
El gran culpable de que Morata esté jugando en el Real Madrid es Zidane. El plan del club era ejercer la cláusula de recompra que había firmado con la Juventus para, después, vender al delantero (el Chelsea llegó a ofrecer 70 millones). Sin embargo, prevalecieron los planes de Zidane, al que gustó la explosión y crecimiento físico que experimentó en Italia y vio en él a ese nueve de plenas garantías que quería para que doblara el puesto con Benzema (suya también fue la decisión de traspasar a Jesé). Ya le tuvo a sus órdenes cuando era ayudante de Ancelotti, en el año de la Décima y sabía de sus capacidades. El técnico habló con el canterano, le explicó lo que iba a requerir de él (teniendo en cuenta que, estando al cien por cien, la BBC es titular) y le convenció para quedarse y luchar por el puesto. “En los mejores equipos hay competencia. Mi sueño es triunfar aquí y por eso me he quedado”, repite Morata. Y, de momento, su papel en el juego del equipo está siendo más que notable: ha participado en los ocho partidos oficiales de la temporada, marcando dos tantos y dando un pase de gol en 49 minutos, y le ha aportado una explosividad y un juego de espaldas del que carecía.
El cambio de Cristiano en Las Palmas, el descanso de Modric ante el Villarreal o el de Asensio frente al Sporting de Portugal, la alternancia de Carvajal y Danilo en el lateral… Son ejemplos de este plan de rotaciones con el que Zidane busca mantener comprometida a toda la plantilla y que a no todos gusta en el club. El francés ya ha dejado constancia que su futuro y el del Madrid no va a estar en los pies de once jugadores. Un pensamiento que nace de su propia experiencia: “Tuve un entrenador hace tiempo, cuyo nombre no voy a decir, que pensaba que con el once bastaba, pero yo no pienso eso”. Hasta el momento ha utilizado a 21 de sus 24 jugadores y ya ha confirmado que esas rotaciones llegarán hasta la portería. La temporada pasada, Keylor fue un fijo bajo palos, pero en este ejercicio aún no ha jugado al haber estado recuperándose de una operación en el tendón de Aquiles.
En su ausencia, Kiko Casilla ha mostrado un nivel sensacional y ambos se repartirán los partidos. “Hablaré con ellos para ver cómo lo hacemos”, confesó Zidane. El galo es un profeta de la meritocracia, como ha demostrado en este inicio de temporada con Kovacic, quien tenía un pie y medio fuera en mayo y que gracias a su compromiso (se recortó vacaciones para convencer a Zizou) le ha hecho contar y mucho para el técnico, o desde la pasada temporada con Lucas Vázquez, cuyo carácter esforzado y entusiasta cada vez que juega le han hecho ser el jugador número 12 de Zidane.
Nada más coger las riendas del Madrid, el 5 de enero, Zidane insistió: “Hay que mejorar en lo físico”. Puso remedio a lo que él consideró un déficit del equipo realizando una minipretemporada en pleno mes de enero, aprovechando que el Madrid había sido eliminado de la Copa y que no tenía partido entre semana. Ese trabajo, bajo la supervisión de Bernardo Requena y Hamidou Msaidie, en los que sigue confiando el marsellés, dieron sus frutos. Pero nada más acabar la temporada, Zidane pidió el fichaje de Antonio Pintus (26 de septiembre de 1962, Italia) para reforzar la parcela física.
De amplia experiencia en el mundo del fútbol (Marsella, Mónaco, Udinese, Chelsea y Juventus, entre otros), Pintus es un gurú en su materia. Zidane le conoció a él y a sus métodos (le denominan ‘el látigo’) en su etapa en Italia y no tenía dudas de que era el adecuado. El Madrid accedió a los deseos de su entrenador y lo contrató pese que el italiano ya había acordado su fichaje por el Olympique de Lyon…