El complicado presente del arquero mexicano de Everton
Llegó como más seguro titular en la portería, pero aún no debuta en el elenco viñamarino. "El día que me toque quiero demostrar a qué vine", dice el azteca.
Carlos Velázquez fue una de las apuestas de los nuevos propietarios mexicanos de Everton en el inicio de su gestión al mando del club. Sin embargo, una lesión muscular le impidió al arquero azteca entrar en la disputa por el puesto cuando comenzó el Apertura. Ya recuperado, el guardameta espera una oportunidad para atajar en la portería viñamarina.
"Fue bonita la llegada, un cambio para mí bueno. Pero en lo futbolístico no he tenido lo que esperaba. Tuve una lesión y después se me complicó. No he tenido chances de jugar ni de mostrar a lo que vine. Eso como que me tiene un poquito no tan a gusto. Tengo que solucionar esa cosa. Afuera, la verdad es que estoy muy contento. Mi familia está muy a gusto. Chile, Viña (del Mar) y la gente me han tratado bien. El único problema es que no estoy jugando", comenta Velázquez a AS Chile.
"Me desgarré del sóleo. Tenía para tres semanas, pero después se me fue a cuatro. Pero ya estoy al 100. Después tuvimos el cambio de técnico (Pablo 'Vitamina' Sánchez por Héctor Tapia). Son cosas que uno las espera, pero son parte del fútbol", agrega el arquero, de 32 años.
-Llegó al fútbol chileno con la expectativa de ser titular.
-Claro, sí, yo venía a eso. Se me complicó por la lesión que tuve, pero ya hace tres semanas que estoy al 100. Es algo que te deja como una espinita, una incertidumbre. No puedo decir ahora que estoy al 100 en ese aspecto. Pero en todo lo demás, la verdad es que súper bien.
-¿Su actitud en los entrenamientos es de lucha permanente por lograr una opción para ser jugar?
-Llevo tres semanas entrenando para pelear una oportunidad. El día que me toque quiero demostrar a qué vine. Porque venir a pasear no es como para mí. No me gusta y estoy esperando una oportunidad para poder demostrar.
-¿Le cambió mucho el panorama? En Mineros de Zacatecas, desde donde llegó, actuó en 3.600 minutos, un total de 40 partidos en el ascenso de México
-Sí, vengo de jugar en forma regular durante tres años seguidos. Por eso es decepcionante lo que me sucede. Estar afuera, después de llevar todo el tiempo jugando, por un lado es bueno en lo que tiene que ver con una experiencia para crecer, porque uno venía con otra expectativa y después te cambia todo. Ahora no me queda nada más que trabajar y esperar mi oportunidad.
-¿Se ha puesto un plazo para esperar la chance de jugar?
-Mira, tengo contrato por un año con Everton y no es para volverme loco e irme en diciembre. Quedaría mal con la gente de acá, porque soy una persona a quien le gusta cumplir lo que firma. Tampoco estoy acá de vacaciones, eso nos es para mí.
-¿Que impresión se ha formado del fútbol chileno?
-Es un fútbol competitivo. En relación al de México, allá es un poco más de toque y acá es más de meter, de barrer, de pegar, un poco más intenso. Eso es como lo que he visto. Hay mucha preocupación por el rival.
-Everton es colista con solo tres puntos. ¿Por qué les ha costado tanto esta nueva etapa en Primera División, tras el ascenso?
-Ha sido difícil, porque nos han sacado partidos que los teníamos ganados y terminamos empatando. Después, en casa no se ha podido ganar. La gente anhela un triunfo y está presionando, lo que es justo porque en el Sausalito no se ha ganado nada. Los entrenamientos son buenos, pero no se ve reflejado en los partidos. Tenemos que trabajar un poco más y mantener el resultado cuando es favorable. Ya llegará el momento de salir adelante.
-En Everton además están sus compatriotas Nahum Gómez, Steven Almeida e Iván Ochoa. ¿Se juntan también al margen de los entrenamientos?
-Hay veces que comemos juntos. Hemos traído algunas salsas de México para ponerle a la comida acá y un día a la semana nos vemos para platicar y comer comida mexicana. En Viña (del Mar) hay un restaurante de comida mexicana que se llama ‘La mexicana’ y en cuanto a la comida misma tiene algunas cosas como un poco diferentes.
