Javier Sotomayor: "El 99% de los atletas que se van de Cuba es por dinero"
El multicampeón cubano repasa los hitos de su prodigiosa carrera, analiza la actualidad del atletismo y habla de la política que impera actualmente en Cuba Chile - Argentina en vivo: Copa Davis, Día 1
“Esta pista que tienen ustedes acá, es mejor que la que hay en Cuba para que entrenen los atletas olímpicos”. Los alumnos de la universidad Mayor quedaron mudos ante un mulato imponente, que desde 1.96 metros, cantaba una verdad del porte del continente americano: un campeón no se hace sólo con dinero, tecnología o implementos de última generación, como tanto se alega en Chile, hace falta vocación, amor por la disciplina y voluntad.
Y el hombre que charla con los muchachos sabe mucho de esto: Javier Sotomayor va a cumplir los 48 años (13 de octubre de 1967) y pese a que se retiró el 2001 aún se mantiene como el récordman mundial del salto alto. Los sensacionales 2.45 metros logrados el 27 de agosto de 1993 en Salamanca aún no han sido derribados, pese a que una nueva camada de aspirantes que ya se empinó sobre los 2.40 metros: Muttaz Barshim (Qatar), Bohdan Bodarenko (Ucrania), Derek Druin (Canadá) e Ivan Ukhov (Rusia).
Sotomayor nos recibe en un pequeño hotel de la comuna de Providencia. Viste de impecable sport y se mantiene muy bien físicamente, como si en cualquier momento lo fueran a llamar al foso de salto. Cuenta que cuando estaba en la escuela de su natal Limonar, un pequeño pueblo de Matanzas, por obligación debió aprender cada una de las disciplinas atléticas: “agradezco que haya sido obligatorio porque en un principio, de todas las pruebas atléticas, era la que menos me gustaba. Le temía a las alturas. No me gustaba para nada. Cuando yo comencé en Limonar no había ni colchonetas”. Cuando le perdió el miedo a saltar el ascenso fue imparable: a los 14 años pasó los dos metros, a los 15 ya estaba en 2.17 y a los 16 batió el récord iberoamericano superando los 2.33 en La Habana. En 1988 batía la marca mundial alcanzando los 2.43 en Salamanca y al año siguiente levantó el listón hasta los 2.44 en Puerto Rico. En 1993, nuevamente en Salamanca, dejaba el récord muy arriba, en los celestiales 2.45.
Deporte en Cuba hoy
Sotomayor fue parte de una camada brillante del atletismo cubano, donde destacaba la doble campeona mundial de 400 y 800 Ana Fidelia Quirot, el cuatrocentrista Roberto Hernández, el saltador de largo Iván Pedroso, el lanzador de disco Roberto Moya, la campeona olímpica de disco Maritza Martén o la saltadora de altura Ionamet Quintero. Las cosas no son tan auspiciosas hoy.
"No estamos pasando por la mejor época. Tenemos atletas muy buenos, con mucho talento, pero no en la cantidad de atletas que teníamos antes. En los ochenta, en los noventa y hasta principio de los dos mil, siempre podíamos sentirnos orgullosos de ir a cada competencia, a cada mundial, a los meetings en Europa con un equipo grande en cantidad y grande en calidad", dice.
DOPAJE
La IAAF con Sebastian Coe al mando, hizo muy estrictos los controles de dopaje y sacó a Rusia de los últimos Juegos de Río. En Ríos 2016 algunas pruebas, como el salto alto femenino o el martillo masculino, retrocedieron 40 años en sus marcas ganadoras. A Sotomayor el tema le toca de cerca: fue sancionado por cocaína en los Panamericanos de 1999 y una vez retirado se le acusó de usar Nandrolona.
"Lo de la aplicación de controles debe seguir persistiendo, no se debe tener mano blanda, hay que ser cada vez más duro. En el caso ruso tengo una discrepancia, que fueron muy estrictos, porque generalizaron a todo y muchos competidores rusos estaban limpios y los invalidaron. Tenían derechos a asistir a Río, como el caso de Yelena Isinbayeva que iba a participar en sus últimos Juegos Olímpicos y quería ganar una última medalla y creo que estaba en condiciones de hacerlo porque tenía la mejor marca de la temporada (4.90 el 21 de junio)".
La inevitable política
Hoy Javier Sotomayor es miembro de la Federación Cubana de Atletismo, además de poseer el título de licenciado en cultura física, que lo habilita para ser entrenador. Viaja por el mundo dando charlas y representando la política deportiva de su país. Al contrario de muchos atletas destacados que limitan sus declaraciones a lo estrictamente deportivo o se dedican a hacer publicidad disfrazada de entrevistas, Sotomayor no esquiva las preguntas contingentes.
"En muchas entrevistas he dicho esto: a los brasileños nadie les pregunta por Dilma a ningún argentino si está de acuerdo o no con Macri o a ningún americano qué piensa de la guerra de Irak. A los cubanos siempre se les pregunta de política, si estamos a favor de Fidel, si estamos a favor del sistema nuestro, esa es una pregunta habitual a todo atleta cubano".