Un chileno fue expulsado del estadio por no pararse para el himno de EE.UU.
Frank Espinoza, de la barra del Rayo OKC, fue obligado a desalojar el Miller Stadium luego de discutir con un oficial de la Policía local. El chileno habló con AS y nos contó lo sucedido.
El pasado 18 de septiembre, el chileno Frank Espinoza, líder del grupo de seguidores del Rayo OKC, fue obligado a desalojar el estadio luego de una fuerte discusión con Scott Franklin, un ex militar y actual Oficial de la Policía de Yukon, ciudad en Oklahoma.
Según nos relata Espinoza, el altercado se originó luego de que Franklin le reclamara por no ponerse de pie durante la entonación del himno nacional de los Estados Unidos, momentos antes del arranque del partido: ‘’Estaba cansado porque venía de poner todos los carteles alrededor del estadio, me tocó cargar unas cubetas llenas de cemento y me estaba doliendo un poco la espalda, así que decidí sentarme para descansar mientras se cantaba el himno, ya que luego me correspondía seguir trabajando durante y después del partido’’.
Espinoza, nacido en Chile pero con corazón estadounidense luego de más de una década viviendo en el país, nos confesó que siente un gran respeto por la bandera americana, y que jamás haría algo para irrespetarla; así como también nos aclaró que no fue esa la primera vez que este Oficial le buscaba problemas. ’’Él sabe quién soy, nos hemos visto antes y ya habíamos tenido ciertos problemas en el pasado (…) es lamentable, pero estoy seguro de que toda la razón de sus ganas de buscar problema es porque yo soy hispano, es un racista’’.
Precisamente por el amor que siempre ha sentido por el fútbol, Espinoza decidió llamar a la Directiva del Rayo OKC poco antes del debut oficial del equipo en el año 2015 y se ofreció para formar parte de la barra del club, que desde un principio le brindó su apoyo para que formase parte del equipo desde el primer día. Entre las responsabilidades de Espinoza, como pilar de este grupo de seguidores, está el organizar el recibimiento de los jugadores para cada juego, crear nuevos cantos y lo más importante de todo, mantener el ánimo bien alto.
‘’Somos unos 20 y todos estamos ahí de corazón, en las buenas y en las malas. Cuando nos meten un gol o algo, yo empiezo a cantar para animarlos a todos. Hace poco íbamos perdiendo contra Carolina y empezamos a cantar y apoyar al equipo y finalmente logramos empatar en los últimos minutos, eso es lo mejor’’ cerró.