Las 5 falencias tácticas que condenaron a la Roja en Quito
Chile no fue capaz de resolver situaciones del partido que, tal vez, habrían generado otro trámite. ¿Cuáles fueron estos aspectos del juego?
La Selección chilena cumplió la peor actuación de la década en las Eliminatorias al caer por 3-0 ante Ecuador. El impacto de la altitud fue tal en los jugadores de la Roja, que en ningún instante hubo confrontación de fuerzas en Quito.
Al margen de esto, la escuadra que dirige Juan Antonio Pizzi evidenció una serie de falencias tácticas que también incidieron en la derrota. ¿Qué situaciones de juego los chilenos fueron incapaces de resolver?
1. Defensa ultra adelantada
Ecuador realizó un juego largo y directo, por mucho que hayan quedado en la retina los 'Ole' que en algún momento se escucharon en Quito. En estas circunstancias, la línea defensiva de la Roja, la mayoría de las veces, defendió corriendo hacia su arco desde la mitad de la cancha, tras haber perdido las espaldas. Esta faena es lo más complejo para los zagueros y, por tanto, cuando todo no funcionaba, el equipo debió haber retrocedido, haberse reagrupado en su campo, para atacar más de frente las acciones ofensivas del local.
2. Repliegue cansino
Los tres goles que anotó el local fueron marcados o propiciados por hombres que llegaron en segunda línea de ataque, es decir, acompañando la jugada desde atrás. Esto se vio facilitado por el lento retroceso de los volantes chilenos, quienes no llegaron a disputar los segundos balones y así hacer más complejo el accionar ecuatoriano. En los tantos de Antonio Valencia y Cristian Ramírez, no había ni siquiera alguien cerca para estorbarlos por la espalda en sus disparos.
3. Obsesión por salir jugando
Claudio Bravo se ganó tarjeta amarilla por intentar salir jugando cuando el balón se le escapó unos metros. En el complemento, el arquero comprometió a Eugenio Mena con un pase corto tras la presión ecuatoriana. En otra acción, Gonzalo Jara no despejó de cabeza, falló en la amortiguación y Enner Valencia se fue solo, perdiendo una clara opción de gol. Fueron tres acciones que reflejan la disposición dogmática en la Roja de procurar jugar siempre desde el fondo, en circunstancias que la disfuncionalidad absoluta del equipo aconsejaba reventar la pelota para alejar los peligros.
4. Desadaptación al nuevo sistema de juego
Pizzi sorprendió con un sistema de juego 1-4-1-3-2, restando un delantero y agregando un cuarto mediocampista (Pablo Hernández). Pero la cosa no funcionó, sobre todo en la línea de volantes. La presencia de Hernández obligó a jugar más abiertos a Charles Aránguiz y Arturo Vial, quedando lejos de Marcelo Díaz para generar maniobras constructivas o incluso en la contracción posicional para achicar espacio y defender. Cuando entró Nicolás Castillo por Díaz, se volvió al 1-4-1-2-3, pero con el 3-0 abajo en el marcador, el retorno a las fuentes no prosperó.
5. Libertad de extremos ecuatorianos
Antonio Valencia y Fidel Martínez fueron los aleros de Ecuador y tuvieron absoluta libertad para maniobrar. Por contraposición de esquemas tácticos en la cancha, ambos quedaron en un radio libre de 10 ó 15 metros, lo que les permitió actuar a voluntad. Por la derecha de Chile, ni Mauricio Isla ni Charles Aránguiz estuvieron cerca ni fueron agresivos en el control de Martínez. En la izquierda, lo mismo: 'Toño' Valencia se movió a su antojo en los vastos metros que separaron siempre a Eugenio Mena de Vidal.