Sampaoli rompió el maleficio de Sevilla como visitante
Impresionante partido ante Leganés. El cuadro del técnico argentino ganaba 2-0, le empataron y se repuso a cinco del final. Sevilla ganó fuera de casa desde mayo del 2015.
Un golazo de Pablo Sarabia a falta de cinco minutos para que terminara el partido dio al Sevilla su primer triunfo lejos del Pizjuán en lo que llevamos de temporada, primero también de un conjunto que no sumaba tres puntos allende Nervión desde hacía 22 meses, desde mayo de 2015. Los hispalenses duermen la siesta como líderes. Esta victoria se produjo después de que los de Sampaoli compitieran timoratos frente a un Leganés que mereció mucho más y que llegó a empatar el 0-2 inicial de los andaluces. La escuadra blanquiazul suma cuatro duelos consecutivos sin vencer en su feudo, algo que no sucedía desde 2011, cuando se rozó el descenso a Tercera.
Lo ensayado por Garitano en la semana funcionó. Robo atrás, verticalidad y ocasión. Robo atrás, verticalidad y ocasión. Así, una y otra vez, percutió en los compases iniciales la asediada meta de Rico. El problema es que la punta de una de esas saetas salió mellada a Butarque. Luciano gozó de tres muy claras oportunidades. Las tres rasgaron la estratosfera madrileña. En ésas aprendieron los pepineros una lección de fútbol que en Primera es ley sagrada: si perdonas, la pagas.
Mediado el acto inicial, una buena combinación entre Mariano y Vietto acabó en centro del argentino y cabezazo de un Vázquez dejó mudo Butarque. El gol llegó en el segundo remate de los visitantes en todo el partido. Hasta entonces los locales habían sumado siete, flagrantes la mayoría. Condena a lo Boskov: fútbol es fútbol. El tanto noqueó a un Lega al que siguió dominando el balón con puño de mantequilla de pegada blanda, resbaladiza. Timor y Rubén Pérez, en sendas faltas, rozaron el empate antes de un descanso calentito. Vázquez pudo ser expulsado después de empujar al propio Pérez por no devolver el balón tras una atención médica. Posteriormente a la tangana que se armó, Ocón Arráiz no se atrevió a echarle y acabó amonestando a Vitolo y Gabriel, ambos meros espectadores del follón.
El calentón sacó desatado a un Leganés que en el primer minuto post-descanso gozó de tres ocasiones consecutivas. Szymanowski, Gabriel y Omar olisquearon el gol sin saborearlo. Fue el inicio de una nueva campaña de acoso pepinero. Pero de nuevo llegó la condena del perdón excesivo. Una contra de Escudero concluyó en centro de Vietto y doble remate de Nasri. El primero lo evitó en un paradón Serantes. Con el rechace no hubo milagro.
El 0-2 no aplacó a un Leganés que recortó distancias después de un buen zarpazo de Timor desde la frontal y se creyó la gesta sólo tres minutos después, cuando Szymanowski marcó el empate en un balón largo de Rubén Pérez que se comió la defensa hispalense. Empezaba otro partido cargado de testiculina, embestidas, tensión y nervios, pero de fútbol escaso. El poco que quedaba lo puso Sarabia con su golazo desde la frontal, con la diestra, en la escuadra, ése que rompió una racha de 22 meses del Sevilla sin ganar lejos del Pizjuán y lo colocó líder a dormir la siesta.